Los habitantes de la región de Idlib, el último bastión que resiste al régimen sirio, mostraron el sábado su alivio tras la votación en las Naciones Unidas de una ayuda transfronteriza que beneficia a millones de personas, pero las oenegés se mostraban alarmadas por su drástica reducción.
El viernes por la noche, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas votó a favor de una prórroga de la ayuda por un período de seis meses, tras semanas de negociaciones, pero Moscú impuso una reducción considerable de esa ayuda.