El Plan Amor por Caracas que la alcaldesa Érika Farías inició en 2018 y se extendió hasta el 2019, no alcanzó a este sector del centro-sur de la ciudad
Llena de huecos. Así está la urbanización Prado de María, ubicada al centro-sur del municipio Libertador en Caracas, asegura Carlos M., habitante del sector, quien además señala que desde hace años las calles que recorrió de punta a punta en su niñez, están en total estado de abandono.
“Sí las asfaltan, pero casi cuando ya no se puede ni pasar por ahí”, recuerda el vecino desde la esquina donde está ubicada una estación de servicio de combustible PDV que funciona esporádicamente, en plena avenida Capitán Felipe Esteves, que se distingue por su «decorado» de calle minada de colosales huecos.
También la calle de uno de los lugares más visitados en el Prado de María, la iglesia de esa parroquia, tiene huellas de la desidia: huecos por todos lados. “Lo que pasa aquí es que se revientan las tuberías (de aguas blancas) a cada rato y bueno… vienen, las arreglan y dejan los huecos. Eso es lo que pasa aquí frente a la iglesia”, explica Katty, como se identificó una habitante del sector.
La vecina hace un llamado a la alcaldesa Érika Farías, pues aún no se ha acordado de las calles de esa parroquia. “Mira, con tantos problemas en el país nadie se acuerda de tapar los huecos, pero fíjate: hace unos dos meses caí en un hueco cruzando la calle y a quién le reclamo. Todavía se me hincha un poco cuando camino mucho”, cuenta para escenificar la importancia del asfaltado para preservar la seguridad de vehículos y transeúntes.
Es oportuno destacar que muchos caraqueños han criticado que Farías esté más pendiente en los últimos tiempos del cambio de nombre de lugares en la ciudad que de los problemas propios de su municipio. El pasado sábado 12 de octubre, durante un acto que encabezó con motivo de la conmemoración de los 527 años del Día de la Resistencia Indígena, propuso realizar el cambio de nombre de la autopista Francisco Fajardo a Cacique Guaicaipuro.
El Plan Amor por Caracas que la alcaldesa inició en 2018 y que se extendió hasta el 2019, tampoco alcanzó al Prado de María.
No es un problema exclusivo de ese sector de la ciudad, pero sus habitantes claman por un poco de atención. “No, mano, aquí no hay político que arregle esto. Mira esto», dice Brito, señalando casi una cuadra entera llena de huecos en la avenida Louis Braille, donde está ubicado el terminal Expresos Occidente. «Estos huecos tienen años y cada vez se hacen más grandes. Hasta los políticos pasan por aquí y nadie mueve un dedo”.
“La situación de los huecos es terrible. No hay una cuadra donde no se consiga uno. Son de vieja data y no han sido atendidos por años. Eso trae muchas colas y el deterioro de los vehículos que pasan habitualmente por la zona”, cuenta Susana, una ciudadana que no vive en Prado de María pero que debe cruzarlo de lunes a viernes por asuntos de trabajo.
Pide que se tomen correctivos de manera urgente, pues algunos de los huecos tienen más de cinco o seis años y “no han sido atendidos nunca por las autoridades a las que les compete hacer ese trabajo”.
RECUADRO
Bote de aguas negras
Un año cumplió una tronera de aguas negras en plena avenida Intercomunal de Antímano que no solo ha invadido y limitado el tránsito por la vía principal, sino que cada vez socava más el asfalto y bloquea el paso hacia la comunidad de El Carmen. El hueco ya se ha convertido en un punto de referencia para transeúntes y vecinos por el mal olor y justamente está prácticamente frente a las instalaciones del Instituto Venezolano del Seguro Social.
Con cada lluvia aumenta el río de aguas negras que corre a través de varios metros de la avenida y los charcos de agua sucia se extienden hasta la acera, lo que obliga a los transeúntes a lanzarse a la calle para poder cruzar por el sitio, con el consecuente riesgo que ello representa.
Vecinos del sector Párate Bueno y de la Vuelta del Fraile le han solicitado a la Corporación de Servicios Municipales de la alcaldía de Libertador y a Hidrocapital que atiendan el problema que afecta a los vecinos, comerciantes y a cualquier transeúnte que intente pasar por ese tramo. Aún así, el afluente de aguas negras cumplió su primer aniversario sin que ninguna autoridad haya acudido al sitio a hacer las reparaciones pertinentes.
Adriana Bolívar, habitante de La vuelta del Fraile, explicó que ante la falta de atención de las autoridades varios vecinos pensaron en repararlo por cuenta propia, pero el daño en el sistema de aguas servidas es complejo y no se puede echar asfalto en una tronera que ha socavado profundo la vialidad.
Víctor La Cruz/Tal Cual