La directora del instituto, la abogada venezolana Tamara Sujú, destacó que los torturadores no respetan edad ni condición alguna, pues incluso recibieron denuncias de víctimas de incluso 14 años de edad
El Instituto Casla, dirigido por la abogada venezolana Tamara Sujú y con sede en Praga, denunció, en su más reciente informe sobre la violación de derechos humanos, la presencia de funcionarios cubanos dentro de los cuerpos de seguridad venezolanos y que supervisan o participan directamente en la aplicación de torturas a disidentes del gobierno del presidente Nicolás Maduro.
A través de una serie de testimonios, la organización de defensa de los derechos humanos con sede en Praga, explicó que en el caso del expolicía Gilberto Martínez Daza participaron militares cubanos.
En un video, Martínez Daza asegura que pudo ver con sus uniformes reglamentarios a cubanos, en ocasiones en que pudo quitarse la capucha con que tenía cubierta la cabeza. «En varias ocasiones me hice las necesidades encima porque no me dejaban utilizar el baño, me sacaron las uñas de los pies, me quemaron los pies», son algunas de las torturas que denuncia el expolicía.
La directora del Instituto Casla, Tamara Sujú, destacó que los torturadores no respetan edad ni condición alguna, pues incluso han recogido testimonios de víctimas de incluso 14 años de edad.
Una de las que aporta su testimonio en video es un joven que fue detenido a los 16 años, Frank Alonso Flores Vergara, quien en la actualidad tiene 18. «Los policías me dispararon. Intenté correr, pero una persona desconocida me golpeó en la cara y me dejó sentado. Los policías me agarraron, me golpearon, me subieron a una moto y uno de ellos metió el casquillo por la herida que me habían producido», recuerda. Luego, en la comandancia, el volvieron a golpear y patear, hasta que lo echaron a la calle, explica en el material audiovisual.