La profanación de tumbas y el mercadeo de restos de cadáveres dejan huellas que afectan a los vecinos de la urbanización Las Flores
La putrefacción que despiden los cadáveres descompuestos, al descubierto, atormenta a los vecinos de la urbanización Las Flores, en Santa Teresa del Tuy. El viento que sopla de Este a Oeste propaga la pestilencia que invade el ambiente por todas las residencias.
Así lo denuncian los vecinos del Consejo Comunal Las Flores, luego que se informaron sobre las medidas de seguridad que hicieran las autoridades policiales de suspender de sus cargos a todo el personal que labora en el camposanto por sospecha de tráfico de restos humanos; quedando la duda sobre la remoción de estos restos en proceso de descomposición, con posible uso sacrílego para la santería y la magia negra.
“El olor es nauseabundo y penetrante a toda hora”, dicen Wilson Guerrero y Carlos Chiquin, voceros de Contraloría Social y Seguridad y Defensa, respectivamente del consejo comunal.
Los declarantes destacaron que inicialmente pensaron en un ratón o cualquier otro animal muerto dentro de sus casas, “lo cual es factible; pero, al comunicarnos con el resto de los vecinos y salir a investigar por la calle Las Violetas, el olor se hacía más intenso y penetrante”.
“Hacemos un llamado al alcalde, Ismael Capinel, para que busque la solución a este problema de salubridad pública, que afecta no solo a los vecinos de la urbanización, nos afecta a todos los habitantes del casco central de la población; hay que actuar antes que ocurra un mal mayor”, añadieron.
Una solución, dice Chiquín, podría ser echarle cal o gasoil a las tumbas profanadas que quedaron abiertas con los restos de cadáveres descompuestos al aire libre.
En otro orden, los voceros exigen la reactivación y culminación de los trabajos de la pared perimetral, que comenzaron a construir en diciembre del año pasado, ya que los espacios descubiertos sirven de vía de penetración al cementerio, y escape para la delincuencia.
Así mismo, exigen la entrega del acta de Certificación del Consejo Comunal, la cual tiene más de tres meses de atraso.
MIP-TUY / Rafael González
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