El gobierno alemán, aún conmocionado por el atentado racista de la ciudad de Hanau y presionado para impedir nuevos dramas, anunció el viernes un aumento de la vigilancia policial en lugares sensibles para enfrentar la «muy alta» amenaza de la extrema derecha.
La manifestación en memoria de las nueve víctimas del doble tiroteo de Hanau, organizada el jueves por la noche en unas cincuenta ciudades alemanas, dio lugar a una polémica sobre las armas, la protección de las minorías y el rol del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD).