En La Machaca revivió la esperanza

En este barrio escondido de Petare, el trabajo de las familias durante un mes se tradujo en una fiesta que no disfrutaban desde 2017

Una adolescente vestía con jeans ajustados, una blusa sin mangas y el cabello recogido en un moño que asemejaba una corona. Caminó sobre una pasarela improvisada hecha con estibas de madera y gaveras de cerveza decoradas con algunas telas de colores cálidos. Caminó con la actitud de quien quiere conquistar el mundo. Sonrió, lanzó besos y al bajar del escenario abrió los ojos con sorpresa y soltó una risita tímida. Se tapó la boca y luego le mostró a alguien en el público el chicle que, al parecer, olvidó botar antes del concurso.

En La Machaca, un barrio escondido en la parroquia Petare, no celebraban Carnaval desde 2017. La economía fracturada que afecta a las familias venezolanas y los conflictos políticos fueron más fuertes que las ganas de organizar una fiesta comunitaria. Pero este año, Silvana Aguirre, lideresa del sector, resolvió convocar a sus vecinos para retomar la tradición de escoger a una reina, escuchar a los jóvenes raperos y ver los bailes que preparan niñas y niños. La celebración le tomó a la comunidad un mes. Silvana cuenta que entre todos reunieron pinturas y papeles de colores para decorar la única calle del barrio; además, el consejo comunal colaboró con la compra de las coronas y las bandas para las reinas de La Machaca. “Este año decidimos hacerlo para que la gente se distrajera. La idea era utilizar el talento de los niños para ocupar espacios”, dice Silvana.

Un total de 25 niñas y adolescentes se prepararon para el certamen. En el país en el que se habla más de las mujeres bellas que de los logros científicos, muchas quieren ser reinas desde la infancia. Silvana dirigió el espectáculo y advirtió antes de comenzar el desfile: “Aquí todas son ganadoras y las apoyamos por participar. No quiero que estén abucheando a las niñas que no sean coronadas”.

A las que no llegaban a los 13 años, Silvana les hizo preguntas sencillas, pero igual muchas dejaban ver los nervios, tomándose la cara entre las manos o moviendo las piernas insistentemente.

“Qué quieres ser cuando seas grande?”, cuestiona la conductora. “Doctora”, responde una de las niñas, quien se para firme con sus sandalias de plástico fucsia y su vestido de Hello Kitty.

“Ajá, ¿y para qué tú vas a ser doctora?, ¿qué vas a hacer?”, repreguntó Silvana. “Porque… para… porque… para ser doctora”, contestó la pequeña. Y toda La Machaca rió y aplaudió con euforia.

Hernelis Navarro vive en San Blas, otro barrio de Petare, y fue invitada como jurado del concurso y cree que hace falta promover más actividades culturales que procuren espacios de encuentros entre la ciudadanía. “Esto es importante para motivarnos”, gritó por sobre el volumen del reggaetón. En la tarima, llegó el turno de responder de una adolescente:

“¿Qué necesitas tú para mejorar la calidad de vida de tu sector?”, le preguntaron. “El apoyo de mi comunidad”, respondió.

Muchas mamás sostuvieron pancartas en las que se leían nombres e invitaciones a votar por sus hijas. Grandes y pequeños gritaban y aplaudían, y las niñas y adolescentes esperaban recostadas de una pared que estaba adornada con letras coloridas que no daban paso a la duda acerca de la razón de la alegría: Carnavales La Machaca 2020.

La comunidad agradece la celebración, aunque sea una vez al año. “Estas actividades fomentan la cultura y el disfrute de los niños, que se había perdido”, dijo Yailyn Vanegas, de 22 años. Hasta el año pasado, el Carnaval era un asueto que pasaba como si nada, cuenta, pero la organización y la convivencia de La Machaca tiene resultados positivos: “Todos nos integramos, incluso, los varones se han motivado a bailar, algo que no pasaba antes”.

Se escogieron tres reinas de las categorías infantil, juvenil y adolescente en medio de los gritos y los aplausos.

María Jesús Vallejo/El Pitazo

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