Si bien parece que el señor Donald Trump tiene gran chance de salir favorecido en el próximo proceso electoral de Estados Unidos, eso dependerá en mucho de quién sea su rival. Y por supuesto, de las inclinaciones del electorado estadounidense
A medida que todo el planeta observa con interés el proceso electoral de Estados Unidos, las sorpresas se suceden en la primera potencia del mundo.
Para algunos, está cantada la victoria del actual presidente Donald Trump en su aspiración de reelegirse a la primera magistratura, abanderado por el Partido Republicano. Más allá de las críticas que se puedan hacer a su gestión, sus partidarios resaltan el buen desempeño de la economía; así como el final favorable del juicio político o “impeachment” que se le siguió, para lo cual fue crucial el apoyo de su partido en el Senado.
Sin embargo, y dado que en esa tolda política parece no haber sorpresas, la atención de la opinión pública se está enfocando en la encendida disputa por la nominación presidencial del opositor Partido Demócrata.
Y es que en política no hay nada escrito. Si bien parece que el señor Trump tiene gran chance de salir favorecido, eso dependerá en mucho de quién sea su rival. Y por supuesto, de las inclinaciones del electorado estadounidense.
Con más de una decena de contrincantes, el proceso para seleccionar al candidato de la tolda azul ha sido de todo menos aburrido. Intenso, apasionado, con debates que se empeñan en ocupar los titulares de los principales medios, a fuerza de sorpresas.
Cuando aún se calentaban motores para oficializar la partida en el largo y complejo proceso, el favorito era sin duda Joe Biden. El vicepresidente de Barack Obama exhibe suficiente trayectoria en las más altas esferas de la política como para ser el favorecido. Por otro lado, se destaca su talante moderado, lo cual lo podría hacer morder una buena tajada de la apetecible torta de los independientes.
Sin embargo, con el comienzo de los cruciales debates, su candidatura se desplomó, pasando de ser al favorito a ocupar el quinto lugar. Sus partidarios continúan destacando sus virtudes; pero esto no parece seducir a la audiencia.
Pero de sorpresas está llena la historia y el señor Biden puede resucitar en cualquier momento.
Mientras tanto, quienes han sido elevados en el favoritismo azul hasta el momento, han sido inesperados, por decir lo menos.
Hasta el momento de escribir estas líneas, lleva la delantera el veterano senador independiente Bernie Sanders. Una verdadera sorpresa, ya que sus aspiraciones presidenciales son de vieja data y, aunque mantiene un capital político igualmente longevo, nunca parece haber estado cerca de un baño de mayorías… Hasta ahora.
Sanders representa lo que se podría considerar un ala de izquierda radical en el Partido Demócrata, inclinado hacia controles gubernamentales y servicios gratuitos, lo cual muchos consideran que puede torpedear la preciada estabilidad del país norteño.
Sin embargo, y para sorpresa de la opinión pública, Sanders está calando. Diversos analistas consideran que el electorado estadounidense se está polarizando, y que el hasta ahora triunfador del proceso demócrata es percibido como la antítesis perfecta del muchas veces tremendista Trump. Una noticia que deja en el limbo y aislados a los centristas y moderados como Biden.
La otra sorpresa ha sido Pete Buttigieg, el exalcalde de la pequeña ciudad de South Bend, Iowa, de apenas 38 años de edad. A él también se considera entre los candidatos moderados. De ser prácticamente un desconocido en diciembre, pasó a un prometedor segundo lugar. Por su edad y perfil, hay quienes lo comparan con otros mandatarios en ejercicio como Emmanuel Macron de Francia o Justin Trudeau de Canadá ; sin embargo, no está en el primer lugar y por ahora no parece poder superar a quien ostenta el primero.
El tercero en disputa es el multimillonario Michael Bloomberg. El exalcalde de Nueva York exhibe un desempeño profesional envidiable, logros en su gestión al frente de la “capital del mundo” y generosas contribuciones a causas sociales. Para muchos, es también el contrincante ideal para enfrentar al actual inquilino de la Casa Blanca.
Sin embargo, el desempeño de este precandidato en los debates ha sido tremendamente criticado. No ha mostrado músculo para enfrentar las intensas diatribas que se han dado y esto le ha restado puntos ante quienes buscan un contrapeso a la propuesta republicana.
En síntesis, el señor Sanders parece, hasta el momento, la apuesta demócrata. Y con este hecho, se consolidaría la pronosticada polarización en la llamada primera democracia del mundo.
Una sorpresa total, ya que, entre otras declaraciones, ha afirmado que no todo lo que hizo Fidel Castro en Cuba fue malo. Afirmación que ha sostenido contra viento y marea y que, salvo la indignación que despertó en el sur de Florida, no parece haberlo afectado en los otros 49 estados.
¿Gira EEUU hacia la izquierda? Lo repetimos, en política nada está escrito.
EPÍGRAFE
“El señor Sanders parece, hasta el momento, la apuesta demócrata. Y con este hecho, se consolidaría la pronosticada polarización en la llamada primera democracia del mundo”