La estructura, intervenida por la gobernación del estado La Guaira, que no se restauró sino que se demolió y volvió a construir, fue abierta al público al conmemorarse el natalicio del prócer guaireño, que protagonizó junto a Manuel Gual el primer movimiento independentista de América
La casa de José María España, el prócer guaireño que junto a Manuel Gual protagonizó el primer movimiento independentista en toda América, abrió sus puertas al público desde el pasado viernes, 28 de febrero. La recuperación del espacio siempre fue bandera de los movimientos culturales, sociedades históricas y los habitantes del Casco Histórico de La Guaira, por tratarse de una edificación declarada Patrimonio Cultural de la Nación.
Pero, lamentablemente, la intervención del inmueble, bajo la responsabilidad de la gobernación del estado La Guaira, no cumplió con los parámetros de restauración, sino que más bien demolió y reconstruyó, afectando su valor patrimonial. La Casa de José María España fue convertida en un café temático, sin ningún tipo de trabajo museográfico o patrimonial que respetara el legado de la historia local.
“En el casco histórico de La Guaira existen 17 monumentos que están registrados en la Dirección de Acervo y Ceremonial Histórico de la Nación, pues cuentan con diversos avales y declaratorias históricas y patrimoniales. La casa de José María España es una de ellas. Demolerla y volverla a levantar, sin cumplir con el debido estudio o respaldo patrimonial, afectó su valor histórico real. García Carneiro actuó contra cualquier principio, legal y de restauración, que implica resguardar el patrimonio y la historia de La Guaira”, señaló el historiador varguense Rubén Contreras.
La casa de José María España es una estructura colonial de una planta y fachada de composición simétrica con un portón y ventanales típicos de la colonia, que cuenta con la calificación de Bien de Interés Cultural, al pertenecer a las estructuras registradas en el Primer Censo de Patrimonio Cultural de Vargas, levantado entre los años 2004 y 2005. De acuerdo al marco legal venezolano para realizar una intervención se debe contar con el aval del Instituto de Patrimonio Cultural, pues sino se estaría cometiendo un “delito patrimonial”.
Los trabajos de la gobernación de Vargas en la casa de José María España iniciaron en marzo de 2019. Tres meses después, cuando se inició la demolición, Contreras ofició al Instituto de Patrimonio Cultural (IPC), para que se protegiera la vivienda. Nunca recibió respuesta. “En ese comunicado, explicamos al Instituto de Patrimonio Cultural que se demolieron paredes que debían ser preservadas, que se incorporaron materiales de construcción extraños a los originales y que todo eso atentaba directamente contra el valor histórico y patrimonial de la casa”.
Entre los cambios, está la construcción de un puente de acceso desde la calle San Juan de Dios, sobre el río Osorio. Igualmente, la intervención de la casa aledaña a la de España, donde se levanta un café y se unió a través de un pasillo con la casa del prócer pre independentista.
¿Un museo o un depósito?
Mientras el IPC no hizo ninguna acción de protección, la Oficina de Patrimonio Municipal de Vargas sí lo hizo, pero su advertencia fue igual de desatendida. “Hicimos la advertencia, pero simplemente no se nos escuchó. Una vez terminada la reconstrucción, solicitamos trabajar en la ambientación de la casa, para respetar la base histórica, pero se nos informó que eso iba a ser un museo, donde iban a poner las cosas que estaban arrumadas en la Casa Guipuzcoana”, refiere Jhonny Martínez, quien labora en la Oficina de Patrimonio Histórico del Concejo Municipal.
En una visita realizada por un equipo periodístico del portal El Pitazo al inmueble en pleno proceso de mudanza, se pudo confirmar que el mobiliario colocado en la casa de España estaba en una de las naves de la Casa Guipuzcoana, así como sus cuadros y réplicas de barcos antiguos, que no guardan ninguna relación con la gesta de Gual y España, más allá de una escultura de la esposa de España, Josefa Joaquina Sánchez Bastidas, quien habría cosido la bandera del movimiento y que es hoy la bandera del estado Vargas.
RECUADRO
Cero interés
“No existe un interés real por preservar la historia local. Y eso es evidente. Se cree que reuniendo todo lo viejo se puede hacer un museo, sin nadie especializado que dé una orientación al respecto. No solo es la calle San Francisco, sino todo el casco histórico el que es remozado con la excusa de la fecha, pero solo se trata de intervenciones coyunturales, que no resuelven el problema. Se pintan las fachadas pero las casas se siguen cayendo. Es como si pensaras que maquillando a un paciente con cáncer se va a mejorar”, analizó Derbys López, quien preside la Fundación Historia, Ecoturismo y Ambiente (Fundhea), organización pionera en realizar turismo cultural en la capital de la entidad costera, al referirse a la intervención en las fachadas coloniales que ejecuta la alcaldía de Vargas.
Nadeska Noriega/El Pitazo