El carnaval de Venecia marca el comienzo de la temporada alta en una de las ciudades más visitadas del mundo, con multitudes de turistas que recorren el Gran Canal en vaporettos, pasean por las calles de piedra y dejan pasar el tiempo en pintorescos cafés.
En la época del coronavirus, sin embargo, Venecia es una sombra de sí misma, con plazas vacías, basílicas cerradas y gondoleros que no tienen trabajo. La epidemia de cólera que azotó la ciudad en la novela de Thomas Mann “Muerte en Venecia” ha dado paso a un flagelo real, el covid-19, que ahuyenta a los turistas.
Venecia ya se vio de rodilla el año pasado, cuando sufrió tremendas inundaciones. Las autoridades esperaban que los turistas regresasen apenas bajasen las aguas y en parte lo hicieron. Los hoteles estaban al 95 % de su capacidad en el último fin de semana del carnaval el mes pasado.