Jóvenes alemanes celebraban “fiestas de corona” en las que tosían hacia los demás. Un español le puso correa a una cabra para dar un paseo y eludir las órdenes de cuarentena. De Francia a Florida, pasando por Australia, deportistas aficionados, estudiantes y otras personas abarrotaron las playas.
Su desafío a las instrucciones de aislamiento y a las recomendaciones científicas para combatir la pandemia del coronavirus han agravado los controles de las autoridades sobre la gente que intenta escapar al aislamiento provocado por las restricciones del virus. En algunos casos, estos rebeldes se resisten, amenazando a la policía mientras las autoridades expresan su indignación por las aglomeraciones públicas que podrían expandir el virus.
“Algunos consideran que son pequeños héroes cuando incumplen las normas”, dijo el ministro francés del Interior, Christophe Castaner. “Bueno, no. Usted es un imbécil, y especialmente una amenaza para sí mismo”.
Después de días en los que la gente incumplió las recomendaciones al negarse a quedarse en casa salvo por tareas esenciales, Francia envió el viernes a las fuerzas de seguridad a las estaciones de tren para impedir que la gente viajara a sus residencias de vacaciones, posiblemente expandiendo el virus a las zonas rurales o de costa, donde la infraestructura médica es menos robusta. El popular paseo parisino junto al río Sena fue clausurado, y en la ciudad mediterránea de Niza se impuso un toque de queda por la noche por orden del alcalde, Christian Estrosi, que ha contraído el virus.