Al comenzar la segunda semana de la cuarentena, el número de casos de coronavirus en el país va en aumento, con casos en más de siete estados del país, lo que implica un mayor requerimiento de asistencia hospitalaria
El pasado viernes 21 de marzo, cuando Venezuela registraba apenas 70 casos de covid-19, el vicepresidente sectorial de Comunicación e Información, Jorge Rodríguez, aseguraba que, de estos, al menos 15 se habían recuperado de manera satisfactoria, pues tenían más de cinco días sin presentar ningún tipo de síntomas. También dijo que solo había dos pacientes en condiciones críticas y aunque se encontraban en centros hospitalarios privados.
“El ministerio para la Salud les garantiza de manera gratuita el tratamiento correspondiente. En Venezuela nadie tiene que pagar nada para ser tratado por el covid-19”, aseguró Rodríguez, quien además garantizó que los hospitales del país estarían dotados para hacer frente a esta situación.
Sin embargo, la realidad de los hospitales del país parece no haber cambiado mucho con respecto a la crisis que se ha venido denunciando desde hace años en el sector salud.
Así lo confirma Mauro Zambrano, dirigente sindical de hospitales y clínicas, quien desde el lunes 16 de marzo ha levantado una data en la que se visibiliza claramente como la dotación de equipos de bioseguridad para el personal que labora en los centros de salud, al menos en la ciudad de Caracas, no ha sido una prioridad para el Estado.
Para esa fecha, cuando comenzaba a correr la primera semana de cuarentena anunciada por el presidente Nicolás Maduro, en trece de los centros asistenciales en la capital venezolana, el personal comenzaba una vez más los reclamos para exigir equipos de protección.
Así ocurrió en la Clínica Popular de El Paraíso, donde las enfermeras del turno se declararon en protesta, esperando así conseguir la dotación de por lo menos guantes, tapabocas y batas para atender a los pacientes; algo muy similar a lo que ocurrió en el hospital Vargas, donde el personal le exigió al director el suministro de equipo de protección. En ambos casos la respuesta fue negativa.
En siete de los 13 centros de salud referidos por Zambrano el pasado 17 de marzo para el monitoreo, no había servicio de agua potable. Esto incluía al hospital José Ignacio Baldó, mejor conocido como El Algodonal, uno de los tres hospitales centinelas designados por el ministro de Salud, Carlos Alvarado, para brindar atención a los posibles casos de coronavirus en la capital.
Situación similar ocurría con los materiales de limpieza, cloro, desinfectante o jabón, son insumos poco vistos en los hospitales, aún cuando son vitales para la realización de la asepsia, que no es más que la esterilización de todas las áreas.
Incluso solo en dos de estos espacios de atención médica había desinfectantes, producto que al igual que el resto se diluye con abundante agua antes de su uso.
Una semana después
Al comenzar la segunda semana de la cuarentena, el número de casos de coronavirus en el país va en aumento. J¡Hasta la noche del martes 24 de marzo, el Estado reportaba 91 contagios en más de siete estados del país y con ellos un mayor requerimiento de asistencia médica asistencial.
Para el lunes 23 de marzo, cuando se iniciaba la semana, el dirigente sindical Mauro Zambrano continuaba su monitoreo. Esta vez la lista incluía 16 centros de salud, entre los que se encontraban el hospital infantil José Manuel de los Ríos, la Maternidad Concepción Palacios, la Clínica Popular de El Paraíso, el Hospital Clínico Universitario, el oncológico Luis Razetti y el Periférico de Catia, sumadoa a los tres hospitales centinelas, el Clínico Universitario, el hospital de Lídice y el Periférico de Coche, este último cerrado desde noviembre de 2018 por remodelación.
Para este día, solo 11 de los 16 centros asistenciales contaban con servicio de agua y hay que recordar que existen hospitales donde el líquido está destinado exclusivamente a las áreas críticas; en otros debe almacenarse en tobos, porque llega a través de camiones cisternas.
Para esta segunda semana, 12 de estos 16 hospitales tampoco contaban con jabón para el aseo y solo ocho tenían cloro, que es diluido con grandes cantidades de agua, lo que hace que sea menor la efectividad.
Otra de las advertencias de Mauro Zambrano sobre la condición de los centros hospitalarios caraqueños, es que a muchos sí ha llegado dotación de guantes y tapabocas, insumos básicos de bioseguridad. Sin embargo, los directivos de los hospitales han obligado al personal a usarlos por jornadas de ocho horas o incluso a reutilizarlos por varios días.
Mientras tanto, en otros centros asistenciales, como el hospital Los Magallanes de Catia: el personal, por miedo a enfermarse, decidió fabricar sus propias mascarillas, pues los casos los encargados del personal solo han dotado de estos insumos a médicos y enfermeras de áreas críticas, dejando desprotegido al todo el personal obrero y el resto de los trabajadores.
RECUADRO
Suspenden el CLAP
El pasado jueves 19 de marzo, la vicepresidenta Delcy Rodríguez dijo que desde la administración de, presidente Nicolás Maduro garantizarían la distribución de alimentos a toda la población en cuarentena, esto como una medida preventiva para evitar la propagación del covid-19.
En una reunión con parte del gabinete ministerial, Rodríguez aseguró que en solo un día hicieron la distribución de “2 millones de combos del CLAP”. “En el marco del peor bloqueo criminal que sufre nuestro pueblo, Venezuela está abastecida frente a esta pandemia. Esta es una crisis que abarca a todos los pueblos del mundo, sin excepción”, dijo
Pero el dirigente sindical de Hospitales y Clínicas, Mauro Zambrano, denunció que, el lunes 23 de marzo, a los trabajadores del Hospital Universitario de Caracas (HUC) les fue notificado que desde ese momento y hasta nuevo aviso quedaba suspendida la distribución de las cajas del CLAP a los trabajadores del centro de salud.
Según se conoció de manera extraoficial, fue Pedro González, administrador del Clínico Universitario, quien informó al personal que por la llegada del coronavirus a Venezuela de manera indefinida, quedaba suspendida la entrega del beneficio.
Orianny Granado/Tal Cual