La cifra de muertos en Estados Unidos por el coronavirus superó el hito de las 1.000 el jueves, mientras hospitales en Nueva York y otras ciudades lidiaban con un enorme flujo de pacientes, y el Congreso trabajaba en la aprobación de un paquete de ayuda por 2 billones de dólares.
Un recuento mantenido por la Universidad Johns Hopkins mostró que al menos 1.046 personas habían muerto por COVID-19, la enfermedad respiratoria causada por el virus. COVID-19 ha sido particularmente peligroso para los ancianos y las personas con afecciones médicas preexistentes. El estado de Nueva York lidera en el país tanto en muertes e infecciones.
Los hospitales, los trabajadores despedidos y las empresas en dificultades recibirán la ayuda económica que tanto necesitan en virtud de la legislación de estímulo económico récord aprobada por el Senado el miércoles por la noche en una votación de 96-0.
Los líderes de la Cámara de Representantes dijeron que esperaban aprobar el proyecto de ley el viernes, y el presidente Donald Trump afirmó que lo promulgaría de inmediato.
“Todos los días son importantes así queremos hacer esto rápidamente”, declaró el líder republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, en entrevista con Fox News.
Consultado sobre si los legisladores esperaban dos o tres rondas más de paquetes de rescate, McCarthy respondió que los estadounidenses deberían permitir primero que los 2 billones de dólares surtan efecto.
Temprano el jueves, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, afirmó que Estados Unidos “bien podría estar en recesión”. “La primer orden del día será controlar la propagación del virus y luego reanudar la actividad económica”, dijo Powell al Today Show de NBC.
Cerca de la mitad de Estados Unidos tenía órdenes de “quedarse en casa” para contener el avance del virus, lo que ha tenido el efecto secundario de ahogar la economía.
Las solicitudes de subsidios por desempleo en la nación se dispararon por sobre los 3 millones en la última semana, casi cinco veces el récord anterior de 695.000, registrado durante la recesión de 1982.
El experto Anthony Fauci, jefe del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, le dijo a la radio pública WNYC en Nueva York que el cambio de temperatura podría ayudar en la lucha contra el virus, porque generalmente el clima cálido y húmedo proporciona mejores condiciones que un invierno frío y seco.
Pero también advirtió que el virus podría regresar para el próximo invierno boreal y que los expertos no podían predecir este nuevo coronavirus porque era “único”.
“Esperamos tener un respiro a medida que se avanzamos por abril, mayo y junio. Es probable que aparezca la próxima temporada porque es un virus muy vigoroso”, aseveró Fauci.