Mauro Zambrano, dirigente sindical del sector, ha dicho que en 72 % de los hospitales ha disminuido la afluencia de los trabajadores por la falta de transporte
No es nuevo que los trabajadores denuncien que el sistema de salud pasa por una crisis profunda, pues la emergencia humanitaria fue declarada hace más de cinco años. Sucede que ahora, en medio de una pandemia de covid-19, empeoran las condiciones. Ya no es solo la falta de insumos y de personal, los bajos sueldos y beneficios, sino que además, se les dificulta la movilidad y el acceso a sus hospitales: sin efectivo y sin gasolina.
Desde que comenzó la cuarentena, el pasado 16 de marzo, muchos no han podido llegar a sus servicios. La falta de dinero y el cierre de vías impiden su traslado y, por ende, su ausencia en el hospital merma la prestación del servicio.
En pandemia, los empleadores del sector salud tienen la responsabilidad de trasladar a los trabajadores a su sitio de trabajo.
Mauro Zambrano, dirigente del sector ha dicho que en 72 % de los hospitales ha disminuido la afluencia de los trabajadores por la falta de transporte.
33 % del personal afirma que muchas vías están cerradas; 84 % de los trabajadores se ven afectados por la falta de efectivo; 46 % está llegando a pie y solo 26 % de los hospitales tiene transporte.
José Torres, técnico en registros médicos el Hospital Clínico Universitario (HCU): “Además de que en Charallave no hay casi señal, el problema es el efectivo, el sueldo que uno gana no alcanza para ir a trabajar en Caracas. La última vez que fui al hospital, fue en ferrocarril y me costó mucho. Ahora un compañero me dijo que están pidiendo salvoconducto en ese sistema, pero ahora lo más complicado es agarrar camioneta porque no hay gasolina”.
Marco Guillén: “Soy enfermero, vivo en Artigas. Trabajo en el turno de la tarde en el hospital El Algodonal. El Metro de Artigas está cerrado y tengo que ir a Maternidad o a La Paz; tardo en eso 40 minutos. Salgo de la casa a las 10:45 am para llegar a mi horario normal que es la 1:00 pm. Si me quedo en La Yaguara tengo que esperar el Metrobús, que a veces no llega. Las camionetas tampoco llegan. A las 6:00 pm salgo a mi otro trabajo en el Pérez Carreño, muchas veces, me voy a pie. Es un cansancio esto del transporte”.
Belkis Guillén: “Soy enfermera del Miguel Pérez Carreño. Y a pesar de que vivo cerca, en Artigas, llego a veces tarde, por las vías bloqueadas. La estación del Metro no abre, los guardias mandan a dar un vueltón, sin importar que uno es personal de hospital. Me he tenido que ir a pie. Lo otro es que seguimos aquí en este hospital sin mascarilla”.
Yoleida Zambrano, enfermera HCU: “Vivo en Maracay, solo voy las noches que me tocan, cinco noches al mes. Pero el terminal está cerrado, para llegar a la autopista es una odisea, he faltado mucho, porque no tengo los medios. Hay que tener como 130.000 bolívares en efectivo. No me han pasado reportes por faltas. Nunca me había pasado esto en mis 13 años de trabajo en Caracas”.
Maribel Oropeza, vigilante HCU: “Desde que comenzó la cuarentena no he ido a trabajar. Vivo en Las Adjuntas y es muy difícil salir de aquí en camioneta. Además sin efectivo. Lo otro es que me da miedo salir y usar el Metro. Tengo muchos compañeros que están en la misma situación”.
Exigencias en cuarentena
Este martes 31 de marzo los gremios y federaciones, en vista de estas dificultades, firmaron un documento exigiendo lo siguiente:
Que en todos los centros de salud haya transporte para los trabajadores, “pues si hay obligación de trabajar, hay que proteger no solo en el sitio de trabajo, sino también garantizar que se llegue sano a ese sitio”.
Han emplazado a los empleadores a tener mayores obligaciones en el cuidado de la salud de los trabajadores, al recordarles que existen sanciones para las acciones y omisiones del patrono y sus representantes con penas privativas de la libertad. “Por ello, no vale la excusa de órdenes superiores, cada director o supervisor responde penalmente por sus acciones y omisiones que pongan en riesgo la salud de los trabajadores. Dicha responsabilidad penal se agrava por la ausencia total de información y capacitación para protegerse de los efectos del virus en nuestros lugares de trabajo”, señalan las organizaciones.
Hacen un llamado a los directores y personal directivo de los centros de salud para que tengan conciencia del esfuerzo que están haciendo los trabajadores.
Exhortan a un trato digno, sin amenazas y acoso laboral, hechos que también constituyen delitos y acarrean responsabilidad personal del representante del empleador.
Piden medidas extraordinarias de orden económico, social dirigidas a disminuir el impacto que ha tenido en los trabajadores del sector salud, como el pago de un bono especial semanal equivalente a 50 dólares para mitigar las condiciones de precariedad laboral.
Mabel Sarmiento/Crónica.Uno