El derecho venezolano Félix Hernández aspira a llegar a las 200 victorias y a los 3.000 ponches con los Bravos de Atlanta. Considera que convenció al cuerpo técnico del conjunto en los entrenamientos primaverales
El derecho Félix Hernández se planteó como meta, para el resto de su carrera, llegar a las 200 victorias y superar los 3.000 ponches. De esa manera, considera podrá despejar la ruta para entrar al Salón de la Fama de las Grandes Ligas.
En conversación vía Instagram Live desde su residencia en Miami, Florida, el carabobeño se mostró tranquilo junto a su esposa y dos hijos, a la espera de que la pandemia del covid -19 culmine para que el beisbol vuelva con fuerza a los Estados Unidos.
Sostiene que Venezuela solo tiene a Luis Aparicio como inmortal del beisbol, pero está seguro que si logra sus metas será el segundo y además estima que Miguel Cabrera y Omar Vizquel también lograrán ese privilegio, porque reúnen los méritos para lograrlo.
“El Rey” Félix, como se le conoce en el beisbol, ha logrado 169 victorias y 2.524 abanicados en su trayectoria con los Marineros de Seattle. “Contra esta pandemia no podemos hacer nada, solo rogarle a Dios para que todo vuelva a la normalidad. Yo, mientras tanto, sigo mi programa de ejercicios individuales, aquí en casa, junto a mis hijos”, relata el lanzador de los Bravos de Atlanta.
Siente nostalgia por haber salido de los Marineros de Seattle, organización con la que transitó como un ídolo los 15 años de su carrera, pero considera que se fue porque lo trataron mal los últimos dos años. “La verdad es que los directivos y los técnicos del club me trataron mal en las dos últimas campañas. Me sacaron de la rotación abridora y decían que ya no servía, que mi carrera estaba liquidada”.
Asegura que decidió irse, pero aclaró que a los aficionados de los Marineros no tiene nada que reclamar, pues siempre lo consideraron una estrella.
Hernández comprende que su recta no tiene ya la misma fuerza de sus primeros años, es decir de 97-98 millas. Ahora solo la lanza entre 88 a 90 millas, pero estima que se defiende con los envíos en cambio, además de sinker, curva y slider. “En esta etapa de mi trayectoria como serpentinero apelo a mi experiencia. Debo estudiar a los bateadores que me corresponden al día siguiente y sacar allí las conclusiones de cómo debo lanzarles. Eso es lo fundamental”.
Sostiene que el bateador más difícil que le ha tocado enfrentar es el dominicano Manny Ramírez. “Ese le daba hasta a los piconazos que le lanzaba. Tremendo bateador,” sostiene.
Agregó además en esa lista de toleteros difíciles de contener a José Altuve, Barry Bonds, Miguel Cabrera, Elvis Andrus, Nick Markakis y Vladimir Guerrero, entre otros.
¿Cómo llegó?
“Mi agente tenía varios equipos que querían mis servicios, entre ellos estaban los Rojos de Cincinnati, Marlins de Miami y Reales de Kansas City, pero acepté con los Bravos porque me otorgaron más garantías de ser abridor, si lo demostraba en los entrenamientos”.
Considera que Atlanta es un equipo con muchos jugadores jóvenes y deseosos de llegar a una Serie Mundial y eso justamente es otro de sus objetivos: ganar un anillo de campeón. “He visto de cerca, por ejemplo, a mi compatriota Ronald Acuña Jr. y les aseguro que este muchacho es un verdadero fenómeno con el bate y en el terreno de juego. Da gusto verlo jugar”, sostiene con entusiasmo.
Por otra parte, manifestó que conversó una hora con el gerente general de Atlanta, Álex Anthopoulos, quien le manifestó que si lograba firmarlo sería el negocio más importante que había logrado como ejecutivo de Atlanta. “En los pocos juegos de pretemporada, creo que convencí a todos los miembros del equipo técnico y directivos. Les demostré que sí tengo capacidad para triunfar en con este club. Eso es lo importante: los convencí”.
Cambio de liga
“Considero que es más fácil para los lanzadores estar en la Nacional, porque aquí no te enfrentas al bateador designado, que en todos los equipos de la Americana, es un adversario poderoso. En la Nacional tendré que medirme a ocho buenos toleteros y no a nueve como en la Americana”, sostiene con optimismo.
Para finalizar afirmó que jugar con Atlanta es un nuevo reto de su carrera en las Grandes Ligas y cree firmemente que podrá cumplir sus propósitos. “Solo espero que pase la pandemia y arranque la temporada para demostrar mi valía en el beisbol de las Grandes Ligas”, culminó.
RECUADRO
Se quiere ir
Para el pelotero Alexi Amarista, su carrera con Caribes de Anzoátegui es cosa del pasado.
El utility y exgrandeliga aseguró, a través de las redes sociales y en declaraciones a medios informativos de ese estado oriental, que su mayor deseo es vestir la próxima campaña del beisbol local la franela del Cardenales de Lara.
Amarista considera que luego de 13 años con la divisa anzoatiguense ya es tiempo suficiente para buscar otros senderos, en especial por los problemas que confrontó la pasada zafra con la directiva del club oriental.
Con la camiseta de Caribes conectó para promedio de .293, con 468 imparables, 35 jonrones y 200 carreras remolcadas.
Algunos de los inconvenientes que mencionó se ubican en la impuntualidad de los pagos por parte de la directiva y no estar de acuerdo con decisiones que tomó el mánager del club, Jackson Melián, en la final disputada este año ante Cardenales de Lara. “Mi ciclo con Caribes ya se agotó. Quiero jugar con otro uniforme en la campaña 2020-2021”, afirmó recientemente en entrevista concedida a un medio del estado Anzoátegui.
Precisó, a través de la red social Instagram, su deseo de jugar con Cardenales de Lara por considerar que ese equipo se portó muy bien con él cuando fue refuerzo en la Serie del Caribe disputada en Puerto Rico. “Me gustaría jugar con Lara porque me trataron muy bien de refuerzo”, exclamó.
La directiva del equipo espera que culmine la cuarentena por la pandemia del covid-19 para tomar una decisión al respecto.