Familiares de detenidos harán huelga de hambre en el Cicpc Caraballeda

Los familiares de los reclusos protestaron en Macuto

“No violen sus derechos, no son perros”; “Tribunal Tercero de Control: Trabajen”; “Tribunal Quinto exigimos que trabajes”. Estas palabras se leían en las pancartas con las que protestaron familiares de los detenidos que permanecen en el retén del Cuerpos de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) en Caraballeda, a las afueras del Circuito Judicial Penal en Macuto, este miércoles 20 de mayo.

Roxana Rodríguez, una de las manifestantes, indicó que también entregarían una carta dirigida al presidente del ente judicial, doctor Jaime Velásquez, a fin de solicitarle una mesa técnica y un pan cayapa. “Necesitamos buscar soluciones para nuestros familiares, ya que desde que se decretó la cuarentena hemos acudido a distintos entes como la Subdelegación del Cicpc en La Guaira y la Fiscalía en Catia la Mar, porque no han bajado a ningún recluido ni a preliminar ni a continuar su juicio”.

Denunció que el hacinamiento va en aumento. “Había unos 70 en cada celda pero ahora hay más de 100 en espacios que deben medir 6X6”.

Lamentó que los reos deben dormir de pie e incluso turnarse. “No tienen agua, no tienen salubridad, la comida tenemos que proveérsela nosotros los familiares violentando la cuarentena cada día”.

Rodríguez recordó que los detenidos son seres humanos. “Sabemos que han cometido algún error varios de los que están allí, pero otros están ahí siendo inocentes y se le están violentando sus derechos. La carta magna dice que no puede haber retardo procesal así sea en tiempos de pandemia”.

“El hacinamiento los puede llevar a ellos a cometer una locura. Ya van dos huelgas de hambre en lo que va de 2020 y una huelga de sangre pero no se ha conseguido solución”.

Asimismo, advirtió que en caso de no ser tomados en cuenta están dispuestos a protestar a las afueras del TSJ en Caracas e incluso emprender una huelga de hambre fuera del retén de Caraballeda.

María Ramírez, pariente de un reo, contó que llegó desde Caracas, por lo que las dificultades que enfrenta son peores. “La mayor parte del camino es a pie hasta llegar a Gato Negro, pues no tengo el papel para ingresar al Metro. El pasaje hasta aquí está en 40 mil bolívares. Horas para llegar y para devolverme. De regreso muchas veces quedo debiendo el pasaje. Sí se me hace difícil venir aquí”

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