Con los cines clausurados en muchos países del mundo por la pandemia del nuevo coronavirus, los autocines han experimentado un nuevo auge, ofreciendo una experiencia segura fuera de casa para aquellos que han estado encerrados durante meses
Después de diez semanas de estricto confinamiento, un grupo de madrileños pudo disfrutar de una noche de relativa normalidad volviendo al cine, aunque al aire libre y manteniendo la distancia de seguridad por el coronavirus.
Ocurrió en la noche inaugural en un amplio estacionamiento convertido en un autocine al estilo de los años cincuenta, donde los vehículos llegados para la función eran dirigidos por los particulares acomodadores para ubicarse a varios metros unos de otros.
Con los cines clausurados en muchos países del mundo por la pandemia del nuevo coronavirus, los autocines han experimentado un nuevo auge, ofreciendo una experiencia segura fuera de casa para aquellos que han estado encerrados durante meses.
Dos días después de que la capital española comenzara a desmontar gradualmente uno de los confinamientos más estrictos del mundo, el autocine Madrid RACE reabrió sus puertas con la proyección de una muy apropiada película: «Grease» de 1978, un musical ambientado en los cincuenta.
«Somos el espacio de ocio más seguro de Madrid. Parece que el autocine está hecho para convivir con este tipo de virus», aseguró a la AFP la confundadora de Madrid RACE, Cristina Porta, quien indicó que las entradas para el primer mes se vendieron en un solo día.
A juicio de Porta, la pandemia y las restricciones implementadas abrieron oportunidades de negocio. «Ya tenemos siete conciertos cerrados» para ver desde el automóvil, señaló. «Vamos a hacer teatro desde el coche, incluso misas, comedias, monólogos, de todo», indicó. «Este verano va a ser de todo, mucho más que cine. Habrá mucha marcha (fiesta) y mucho rocanrol», agregó.
Extensión de tu casa
Al caer la noche, se encienden las luces del ‘diner’ de tradicional estructura metálica, donde las personas se agolpan para pedir palomitas y cervezas servidas por personal protegido con guantes y viseras plásticas, antes de empezar la función.
«Ya habíamos venido una vez hace un par de años y nos gustó y habíamos pensado que era una opción segura», comenta Belén Pérez, una estudiante de magisterio de 22 años, acompañada por su compañera de apartamento.
En una noche normal, el espacio alcanza para 375 automóviles, pero dado que Madrid ha sido la región más golpeada por una epidemia que en España ha dejado más de 27.000 muertos, por seguridad solo se permite la entrada a 100.
Por el momento, no se puede comer dentro del ‘diner’ sino en las mesas bien separadas en la terraza. Además, los espectadores pueden usar una aplicación para pedir comida desde sus vehículos.
RECUADRO
También en Brasil
Al caer la tarde en la capital de Brasil, decenas de autos hacen cola, con sus ocupantes ávidos de disfrutar una de las pocas diversiones que permite la era del distanciamiento social: una película en el autocinema.
Con su linterna roja, Jair de Souza guía a los conductores desde la entrada a los lugares de estacionamiento designados. “Cada auto debe respetar la distancia, dejando un lugar de estacionamiento libre entre ellos”, dice a cada uno.
El autocine de Brasilia admite solo 150 autos por función, que ocupan la tercera parte del espacio. Presenta tres funciones diarias, con una película infantil a las 6 seguida por dos para adultos. El autocine existe desde hace 47 años. Lo cerraron al principio de la pandemia, pero lo reabrieron a inicios de abril.