Aunque los trabajadores informales no entran en la medida de flexibilización, salieron a las calles porque consideran que no es fácil vivir en cuarentena en un país como este
Este lunes 1º de junio, algunos sectores económicos comenzaron a trabajar tras el decreto de flexibilización de la cuarentena. El sector construcción, consultorios odontológicos, peluquerías, entidades bancarias, zapaterías, ferreterías, entre otros, fueron los autorizados para abrir sus puertas. Sin embargo, los buhoneros, que no forman parte de la medida, comenzaron a tomar las calles de Caracas en busca de sustento.
Vendedores de frutas, de carcasas de teléfono, de películas de DVD se apostaron en las calles de Catia, sin usar tapabocas o lo llevaban mal puesto; a pesar de que sigue siendo una medida obligatoria para evitar el contagio del coronavirus.
Aunque la vicepresidenta Delcy Rodríguez informó el pasado domingo 31 de mayo que en Catia hay un foco de la covid-19, en esta zona populosa del oeste de Caracas, muchos comerciantes abrieron sus locales días antes de la flexibilización. “Estar sin trabajar en un país como este es difícil. ¿Cómo le dices a tu hijo que no hay dinero para la comida?”, se interroga un trabajador de Los Flores. Sin embargo, considera que los funcionarios de seguridad deben estar más atentos a que la población cumpla con el uso del tapabocas y el distanciamiento social.
En el centro de Caracas, específicamente en la avenida Baralt, la situación es similar, pues los vendedores informales se adueñaron de las aceras para ofrecer mercancía. Muy pocos usaban el tapabocas y otros lo llevaban encima de la cabeza o debajo de la boca. Aunque por los alrededores había funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), nadie ordenaba a los buhoneros que desalojaran el lugar y menos que hicieran uso correcto del tapabocas.
Los vendedores informales tampoco usaban de guantes quirúrgicos, otra medida necesaria para evitar el contagio del virus.
Asimismo, en Carapita, también en el oeste de la ciudad, diversos comercios de un mercado popular abrieron sus establecimientos, pero aseguraron que solo hasta mediodía. Aunque este lunes en la zona no había buhoneros, en días anteriores las aceras estaban colmadas de personas que ofrecían mercancía usada, nueva, compra y venta de dólares y hasta trueque por comida; sin hacer mucho caso a medias como el distanciamiento social y el adecuado uso del tapabocas.
La medida de flexibilización fue denominada 5×10, lo que quiere decir que los trabajadores deben laborar cinco días continuos y luego cumplir diez días de cuarentena, periodo en el cual podrían manifestarse los síntomas del coronavirus, si la persona contrae el virus en los días laborales.
Luna Perdomo/Tal Cual