“Nosotros solo cumplimos con las mascarillas. Hay muchos pasajeros y pocas camionetas para estar guardado distanciamiento. El pasajero lo que quiere es irse y no le importa ir amontonado”, dice Ramón Molina, conductor de la línea Propatria-Chacaíto
Con la poca circulación de camionetas y la alta demanda de usuarios no hay ni rastro del “distanciamiento social” que exige el gobierno del presidente Nicolás Maduro para prevenir el covid-19 en las unidades de transporte de Caracas.
“Nosotros solo cumplimos con las mascarillas. Hay muchos pasajeros y pocas camionetas para estar guardado distanciamiento. El pasajero lo que quiere es irse y no le importa ir amontonado”, dijo Ramón Molina, conductor de la línea Propatria-Chacaíto.
Este martes 2 de junio se cumplió el segundo día de flexibilización de la cuarentena, anunciada por el ejecutivo el pasado sábado 30 de mayo. Venezuela se encuentra en estado de alarma nacional desde el 13 de marzo, cuando se anunció la llegada de los primeros casos de coronavirus. Hasta el pasado lunes se cuentan 1.662 personas contagiadas y 17 fallecidos.
A la cuarentena se suman las dificultades para cargar gasolina. Desde el pasado lunes, la gestión de Maduro comenzó a vender gasolina en dólares, luego de varias semanas con dificultades para abastecer las estaciones de servicio. En este contexto, es “imposible” cumplir con la distancia para Félix Blanco, socio de la Unión Línea La Castellana. “Uno le dice para dejar un puesto libre y la gente dice que no, porque igual están metidos en un mismo lugar. Además tenemos problemas con el gasoil”, señaló el transportista desde la parada de El Rosal (municipio Chacao).
Distancia en la fila
En la parada en Chacao, los autobuses tienen todos los puestos ocupados. La única medida de protección de los usuarios son sus mascarillas. Cerca de las 9:30 am, algunas unidades tenían al menos unas siete personas en el pasillo. Incluso, en los autobuses tipo Yutong se acumulan los usuarios en el corredor.
Para algunos usuarios, montarse en una camioneta es un “mal menor”, en comparación con los riesgos a los que se pueden enfrentar en el Metro de Caracas. “Prefiero usar camioneta porque hay más ventilación, además uso mi tapabocas y mi antibacterial. El Metro no me gusta, además ahora es más rápido ir en autobús”, comentó Carolina Medina, desde Plaza Venezuela. En esta zona, a las 10:00 am se observaron varias unidades con usuarios colgados en las puertas.
Hacia el oeste de Caracas, en la parada de la plaza Candelaria (avenida Urdaneta), los usuarios con tapabocas llenaron las unidades de transporte, pero no todos cumplían la medida. “Cuando yo venía, uno de los colectores no tenía tapabocas, ni siquiera en el cuello. El chofer sí tenía y la camioneta iba llena”, señaló Carmen Barrera.
En la avenida San Martín, a la altura de la estación de Metro Artigas, pasan pocas camionetas llenas de usuarios. En la ruta que va desde la redoma de La India hasta la esquina de Salas, cubierta por autobuses Yutong, solo se cumple el “distanciamiento social” en la fila para ingresar.
La poca circulación de unidades ha hecho que algunos usuarios opten por tomar otras alternativas para llegar a sus hogares y trabajos: tomar transportes de carga.
Shari Avendaño/Efecto Cocuyo