Los camiones chinos han convertido el importante centro de recreación de los caraqueños en un llenadero, aunque miembros del sindicato de trabajadores aseguran que la presión del líquido en el lugar ha bajado y le quitan sustento a la fauna
La escasez de agua no se flexibiliza. Las protestas en diferentes sectores por tener días, semanas y meses sin el servicio aumentan, mientras transcurre la cuarentena provocada por el covid-19. La solución que consiguió la administración del presidente Nicolás Maduro fue traer desde China un total 1.000 supercisternas, de las cuales ya llegaron 252.
Pero, para tener cisternas, hay que tener cómo llenarlas. Para el pasado viernes 5 de junio había 45 camiones chinos estacionados en el Parque del Este, con la meta de surtir de agua al menos 33 cisternas para luego salir a las comunidades. Si no hay agua, o no quieren esperar largos ratos en cola para poder llenar, entonces van a otros llenaderos y a estaciones de bomberos que también habilitaron.
Ahora bien, ¿en el parque hay cómo abastecer estas supercisternas? Marlene Sifontes, secretaria del Sindicato Unitario Nacional de Empleados Públicos del Instituto Nacional de Parques (Sunep-Inparques), aseguró que la presión de agua en el Parque del Este ha bajado por la cantidad que se está demandando con estas nuevas cisternas e, incluso, según información que maneja, no está saliendo agua al pozo que alimenta a la fauna.
Sifontes detalló que las cisternas pequeñas entran por el estacionamiento uno, que está por la avenida Francisco de Miranda, mientras que las grandes ingresan por el estacionamiento dos, del lado del Museo de Transporte.
Algunos trabajadores, que prefirieron mantenerse en el anonimato, indicaron que las cisternas medianas las llenan en el pozo número 9 del parque, y otras frente a la Dirección de Recreación, así como las supercisternas cerca de la entrada del estacionamiento número dos. El personal mostró su preocupación por la sequía de árboles y grama.
Además, el sindicato ya había denunciado en mayo de 2019 la instalación de una toma de agua ubicada en la terraza del lago 9 y que podría poner en riesgo el área, porque no está diseñada para el tránsito de vehículos pesados. El pasado 5 de junio, Día Mundial del Ambiente, Jacqueline Faría, presidenta de la Misión Venezuela Bella, confirmó en su cuenta de Twitter que este llenadero está activo, junto con otros cuatro pozos que inauguraron para “atender las áreas verdes del parque”. “En el Parque del Este no había agua y nos vinimos para acá”, aseguró un conductor de una supercisterna en el llenadero municipal de Baruta. Entre sus planes estaba llenar el camión para luego guardarlo en el parque y salir el día siguiente a las comunidades.
Antes de la contingencia, el llenadero municipal de Baruta funcionaba especialmente para Protección Civil y los bomberos. Ahora se le abrió un espacio a las cisternas. Por órdenes del ministro de Ecosocialismo y Aguas, Oswaldo Barbera, deben atender a una cisterna comunitaria por una privada.
Vicente Vázquez, director de juventud de Baruta, que también apoya la dirección de aguas del municipio, explicó que este llenadero forma parte de una matriz del Tuy III y suelen tener buena presión de agua. “Normalmente, las supercisternas llenan en una hora en el Parque del Este. Acá se tardan 20 minutos”, agregó.
Sin embargo, días en los que otras líneas están abiertas y le quitan presión al Tuy III, este llenadero también se queda sin agua.
Los conductores de cisternas chinas consultados no precisaron qué sectores seguían en su lista por visitar. “Nuestros coordinadores nos van informando”, aseguró uno de ellos. Tampoco detallaron cuáles sitios ya han visitado. Solo explicaron que tienen asignados los municipios Baruta, El Hatillo y Chacao, así que por eso les correspondía ir a ese llenadero.
En el municipio Libertador, la alcaldesa Érika Farías anunció que tenían a su disposición 86 camiones entre supercisternas, medianas y pequeñas que llevarían agua a las 22 parroquias. Para el municipio Baruta hay 15 y para el municipio El Hatillo hay 10 aproximadamente.
Mucha demanda
José María de Viana, ingeniero civil y expresidente de Hidrocapital, aclaró en una entrevista para el portal Crónica.Uno que con estos camiones, que tienen una capacidad de transportar 30.000 litros, solo podría abastecer por viaje a una familia por 30 días, que en promedio consume 1.000 litros diarios. “Una gota de agua en el desierto”, exclamó.
Un edificio que tenga un tanque de 600.000 litros necesitaría 20 cisternas chinas para poner llenarse. La otra solución es contratar la cisterna privada, que sigue siendo insuficiente y costosa. Pedir el servicio de un camión con capacidad de 20.000 litros tiene un precio de 120 dólares. Si se quisiera llenar ese mismo tanque, los propietarios deberían recoger 3.600 dólares.
Visto de otra manera, en Caracas entran 7.000 litros de agua por segundo. Una cisterna cubre cuatro segundos de agua. Y, para llenarse, se gasta 30 minutos adicionales, más lo que tarda en cada comunidad para que los vecinos llenen sus potes. Máximo podrían hacer cuatro viajes en un día. El ingeniero Noberto Baussom precisó que la única manera de cumplir sería cargando 80.000 cisternas diarias, o que las 252 existentes hagan 500 viajes al día para cubrir medianamente las necesidades.
Para De Viana, la solución es arreglar los sistemas de bombeo para traer más agua desde los embalses. Eso requiere más trabajo del que se piensa: implica inversión, un equipo de profesionales, la rehabilitación de todos los sistemas del país. Con suerte, al final del tercer año de trabajo la situación cambiaría para pensar en construir obras nuevas.
Las cisternas chinas usualmente no llenan los tanques de edificios. En videos publicados en las redes sociales se ha visto cómo los vecinos de zonas populares bajan con sus tobos. La capacidad máxima que suelen tener estos recipientes es de 150 litros, así que una sola cisterna puede cubrir 200 pipotes de agua.
La población estimada en José Félix Ribas es de 120.000 habitantes. Si cada uno tuviera un pipote de 150 litros, quedarían por fuera 119.800 personas.
¿Nuevos llenaderos?
Vecinos comenzaron a ver las supercisternas en los alrededores de la estación de Bomberos de Distrito Capital en Valle Abajo. La queja partía del ruido que producen estos camiones, el humo y el peso que pudiera estar afectando la vía.
“La orden viene de arriba”, aseguraron los bomberos al referirse a que el Ministerio de Ecosocialismo y Aguas ordenó que estos camiones deben llenar en esa estación. Bajo anonimato, declararon que han tratado de negociar con los conductores para que disminuya la cantidad de cisternas que van a esta zona residencial. “Sabemos que son molestos para los vecinos”, agregaron.
La relación entre los conductores y bomberos no es la mejor. “No te pares ahí”, “Que no te puedes parar ahí”, “Da vueltas hasta que puedas llenar”, le dijo una y otra vez el bombero al conductor. Según relatan, se ha vuelto complicado organizarlos para que no se estacionen en partes que interrumpan el tránsito porque muchas veces no hacen caso. “Hemos visto que vienen tomados y es más difícil decirles algo”, afirmaron.
Hasta el miércoles 3 de junio, los bomberos no habían recibido una carta por parte de los vecinos reclamando la situación. Habitantes de la zona se acercaron hasta la estación y les comentaron que estaban recogiendo firmas para que no sigan atendiendo a las cisternas chinas. Los bomberos insistieron en que se sale de sus manos.
Otros llenaderos
En el parque nacional El Ávila retomaron el llenado de cisternas en el sector Cachimbo e instalaron otro punto que presuntamente no tiene el control de Inparques en la entrada de Loma de Viento, por San Bernardino, informó Marlene Sifontes.
“Extraen agua y al parque nacional El Ávila no le queda nada de pago. Solo se enriquecen los dueños de cisternas. Hay que hacer un estudio para que sea ingreso justo para Inparques”, reclamó al notar que las cisternas privadas cobran altos precios en dólares por agua que están tomando de manera gratuita.
Sifontes detalló que en el caso del llenadero Loma del Viento, que está en toda la entrada del parque, las cisternas no han dejado circular a vehículos de emergencia. “Hubo un incendio y los conductores se molestaron y no dejaron pasar a nuestros compañeros”, rechazó e insistió en que es responsabilidad de los jefes de Inparques de establecer un orden para que no ocurran este tipo de situaciones.
Otro llenadero informal que surgió queda en Los Símbolos, justo al frente de la estación del Metro de Caracas. Cisternas privadas y comunitarias cargan de agua al conectarse a un hidrante de los bomberos. “Si pasa un policía le damos un refresco o una colaboración«, dijo uno de los conductores que estaba en el sitio. “Hemos tratado de denunciar esto pero no conseguimos a dónde ir”, aseguró una vecina que pasaba por la estación de Metro y sostuvo que cada vez ven más cisternas que llegan en la tarde a llenar agua en ese punto.
RECUADRO
Más de mil protestas
En lo que va de 2020, el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social ha registrado 1.192 protestas por servicios básicos, de las cuales 1.000 fueron durante la cuarentena. En promedio, hubo más de 24 manifestaciones diarias.
La UD4 de Caricuao no tiene agua desde el 20 de mayo. Tampoco hay en los Magallanes de Catia, avenida Fuerzas Armadas, Miravila, Las Caobos, Santa Cruz del Este. En Cotiza tienen más de seis meses sin el servicio y La Dolorita hay personas que no reciben agua desde hace 11 años.
Los expertos insisten en que la única manera de garantizar agua a la población venezolana es mediante la inversión de los sistemas de bombeo, teniendo en cuenta que el país cuenta con un 94 % de conexión por tuberías que también requieren de mantenimiento. Las cisternas son paños de agua tibia
Mariana Sofía G./Crónica.Uno