Tanto en Yare, como en Naiguatá y San Millán cumplieron con los ritos tradicionales de Corpus Christi bajo normas de distanciamiento social y resguardo de los cuerpos de seguridad
El pasado día de Corpus Christi, los Diablos Danzantes de Naiguatá (Vargas) y Yare (Miranda) cumplieron con sus ritos y celebraciones atípicas enmarcadas en la poca asistencia de observadores y turistas, con fuerte custodia de los cuerpos de seguridad y cumpliendo con los protocolos sanitarios para evitar la propagación de la enfermedad del coronavirus.
De hecho, fue tan atípica, que generalmente los Diablos Danzantes lo hacen para agradecer una promesa cumplida o la intercesión del Santísimo Sacramento del Altar, pero en esta ocasión la danza fue encomendada para pedir por la sanación de los enfermos y la erradicación de la pandemia del covid-19 en el mundo. “Cada promesero tiene su compromiso particular con el Santísimo, pero en esta ocasión, además de agradecer, venimos a pedir su intercesión para que frene la pandemia del coronavirus, para que proteja a los hogares venezolanos y a los hermanos que están regresando”, indicó Efrén Iriarte, quien preside la Asociación de Diablos Danzantes de Naiguatá.
Como es costumbre, los promeseros de la costa litoralense subieron a cerro Colorado y comenzaron a descender tras el toque de tambor de El Cajero Mayor. El miércoles 10 de junio se dio la bienvenida a los nuevos promeseros y se pagó promesa frente a la iglesia de San Francisco, en el casco central de Naiguatá.
Cumpliendo con los acuerdos previos, el lugar fue custodiado por funcionarios policiales, se prohibió la venta de bebidas alcohólicas y el espacio para la celebración de los rituales fue demarcado para respetar el distanciamiento social.
El jueves se realizó una homilía, con la participación exclusiva de los promeseros y luego se hizo la procesión de los altares y luego cada diablo retornó a su casa, explicó Iriarte, quien agradeció el apoyo de la ZODI La Guaira y la Alcaldía de Vargas para cumplir con el ritual de religiosidad popular, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
Permiso concedido
Mientras, en Yare se cumplió con el primer paso: solicitar el permiso de la danza. Ernesto Herrera, quien preside la Cofradía de los Diablos Danzantes de Yare, contó que primero se reunieron los capataces, el primer arreador y el primer cajero en la puerta de la Iglesia San Francisco de Paula y, una vez concedido el permiso, por parte del padre Francisco “Pancho” Mijares, comenzaron las visitas de, al menos, 15 de los 43 altares dispuestos en los sectores Ave María, El Jobito, La Esperanza, Tocorón, La Soledad, Piñango, Puente Carrera, San Antonio, Quebrada Seca, La Aguada, Colinas de San Francisco, Policía Municipal y Los Guayabitos. “Cada promesero nos recibió en su sector para evitar aglomeraciones y proteger a la colectividad de posibles contagios”, explicó.
Herrera destacó que los mismos delegados que pidieron el permiso para danzar realizaron una ceremonia en el cementerio del pueblo para rendir homenaje a los promeseros fallecidos, mientras que la misa se realizó a puerta cerrada. La homilía se pudo escuchar por las emisoras de frecuencia modulada: Corpus 99.3, Zamora Libre 101.9, Independencia 103.1, Líder 104.7 y Zeta 103.5. Luego se hizo un recorrido con el Santísimo Sacramento por el casco central de San Francisco de Yare y un reducido grupo de promeseros danzó, “para cerrar estos 271º años de historia, de tradición y religiosidad”, añadió Herrera.
Inició en San Millán
Con “el paso de los tres brincos”, a las puertas de la Iglesia La Caridad, se dio inicio a la celebración de Corpus Christi en Puerto Cabello, estado Carabobo, cuna de los Diablos Danzantes de San Millán.
Herman Villanueva, director de los Tambores de San Millán, explicó que “las autoridades civiles y religiosas autorizaron la celebración para el disfrute de los porteños, respetando las normas sanitarias y evitando las aglomeraciones por la cuarentena decretada ante el covid-19”.
La Diablada de San Millán realizó el tradicional recorrido desde el barrio San Millán por las calles Juncal, Sucre y Bolívar hasta llegar a la catedral San José y a la plaza Bolívar de Puerto Cabello.
El cultor sanmillanero acotó que, a diferencia de años anteriores, la romería de los Diablos Danzantes no visitó las escuelas, que permanecen cerradas por la cuarentena.
RECUADRO
No danzaron
A diferencia de otras cofradías, los diablos danzantes de Ocumare de la Costa, Chuao, Cata y Cuyagua, no salieron esta vez para recordar la fecha de Corpus Christi.
El cultor Oswald Ramón Argüelles, conocido como “Ñere”, quien pertenece al grupo de pescadores Virgen del Carmen, del sector La Boca, asegura que esta es la primera vez que no se realiza esta tradición.
Fuentes de las cofradías aragüeñas indicaron que se tomó la decisión de cumplir la cuarentena y postergar la celebración, pues Aragua es uno de los estados con mayor registro de casos de covid-19 en Venezuela.
Aragua es el estado con mayor número de cofradías de diablos danzantes del país, con cinco en total, en las poblaciones de Chuao, Ocumare de la Costa, Cata, Cuyagua y Turiamo.