A medida que pasan los días con un nuevo esquema de expendio de gasolina que establece un litro subsidiado en Bs.5.000 y otro de venta libre en $ 0,50, la situación de las bombas privadas se vuelve más compleja, no solo por la amenaza de ser desalojadas, sino también porque se quedaron desiertas
Desde el pasado fin de semana, sobre varias estaciones de servicio dolarizadas pesa una orden de desalojo forzado. El plazo de 72 horas para abandonar el que fue su lugar de trabajo por décadas venció el 30 de junio. En la de Parque Cristal, un vehículo recogía estantes y en una de Chuao el encargado embalaba sus cosas mientras esperaba que se produjera la medida.
La estación de servicio La Estancia, ubicada en Chuao, es una de las que recibió notificación de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) para que desocuparan en 72 horas. El lugar es manejado por una familia desde el año 1962. El hijo del propietario contó que su padre llegó allí como operador de bomba y en 1991 obtuvo la concesión.
En la mañana, los encargados de esa gasolinera habían recogido sus pertenencias. Explicaron que la bomba trabajó en horario de 24 horas cuando las autoridades así lo ordenaron. “Es falso ese argumento de que nos están botando por negarnos a trabajar 24 horas, porque nosotros lo cumplimos”, aseguró el propietario, que prefirió reservar su nombre.
El pasado martes 30 de junio, la gasolinera La Estancia seguía despachando combustible, pero los dueños se mantenían con la incertidumbre de cuándo se produciría el desalojo. “Estamos en el aire. Hasta ahora no ha habido ningún tipo de contacto”, dijeron.
El ultimátum de Pdvsa llegó el fin de semana a unas diez estaciones privadas en Caracas. La situación comenzó hace semanas en el interior del país, con la toma de una bomba en el estado Sucre. Otras 14 gasolineras del estado Carabobo también entran en el grupo.
A medida que pasan los días con un nuevo esquema de expendio de gasolina que establece un litro subsidiado en Bs. 5.000 y otro de venta libre en $0,50, la posición de las bombas privadas se vuelve más compleja, no solo por la amenaza de ser desalojadas, sino también por la caída de las ventas. Las estaciones “premium” están desiertas; ya no hay colas como los primeros días en que los usuarios estaban sedientos luego de meses de escasez.
La imagen de bombas dolarizadas desoladas no es ajena, pues la nación está en recesión económica desde hace siete años y la población se ha empobrecido. Un informe del Programa Mundial de Alimentos, publicado en febrero de este año, revela que 65 % de los hogares venezolanos no es capaz de comprar artículos esenciales de higiene, ropa y calzado. Los pocos ingresos son destinados en su mayoría para costear alimentos o medicinas.
En una gasolinera de Los Palos Grandes, el encargado relató que en los primeros cinco días del nuevo plan vendieron bastante, pero de allí en adelante empezó el declive. Apenas piden una gandola a la semana y a veces incluso los tanques se les quedan llenos. Una de las razones, afirmó, es que la gente busca gasolina más barata, en este caso la subsidiada.
La estación de servicio de Parque Cristal ya había cambiado de dueño el martes. El nuevo propietario indicó que trabaja con Pdvsa y que por esa razón le otorgaron el contrato. Agregó que esa bomba seguiría teniendo la figura de “privada”.
Rechazo general
Algunos gremios se han manifestado en rechazo a estas medidas. Acegas Carabobo expresó el 28 de junio que los trabajadores eran sacados como si hubiesen cometido algún delito. “Hoy nos damos cuenta, con pesar y preocupación, de que remamos solos. Confiamos en un porvenir que no íbamos a disfrutar. Empresarios gasolineros de tradición terminaron perdiendo sus negocios, sin ninguna compensación”, se lee en el texto. Acegas exhortó a las autoridades a revaluar la decisión.
Solo algunas estaciones privadas recibieron la notificación. Por ejemplo, una estación de Las Mercedes y otra en la avenida Principal de Chuao seguían operando con normalidad, y se cuentan entre las que no recibieron el comunicado.
En promedio, las gasolineras privadas -solo combustible dolarizado- venden entre 1.000 y 2.000 litros de gasolina al día, según contaron bomberos de varias estaciones de servicio consultadas. Aseguraron que el volumen disminuyó en las últimas semanas.
RECUADRO
Otro gallo canta
En las estaciones que expenden gasolina subsidiada, el panorama es otro. No tienen las colas que se formaban a principio de mes, pero sí más afluencia que las dolarizadas. Por ejemplo, en la de la Universidad Bolivariana y la de la UCV había carros que esperaban para surtir el martes.
En la estación de servicio La Estancia, una de las que esperaba la mañana del martes por el desalojo, trabajan unas 20 personas. El propietario contó que no perdían la esperanza de quedarse, pero a sabiendas de que eso era poco probable.
A finales de mayo, el ministro de Petróleo, Tareck El Aissami, anunció que 200 estaciones estarían en manos de privados para vender combustible “premium”. Pero desde entonces, el manejo de esas bombas es opaco y los desalojos de los antiguos propietarios van en aumento. Hasta ahora, las notificaciones han llegado por escrito y ningún vocero oficial se ha manifestado al respecto.
Ariadna García/Crónica.Uno