Más de 350 elefantes han aparecido muertos en el delta del Okavango, en el norte de Botswana, en un misterioso episodio catalogado como un ‘desastre de conservación’ por la comunidad científica, según ha informado el diario británico The Guardian.
Se trata de la segunda muerte masiva de probóscidos en la misma zona, según han declarado distintas organizaciones conservacionistas que ya informaron de la detección de 169 cadáveres de elefantes durante el mes de marzo, un número que en junio ya se había duplicado.
Posible envenenamiento
Según el rotativo británico, fuentes locales aseguran haber visto a los elefantes caminando el círculos, lo que podría denotar la presencia de algún tipo de discapacidad neurológica.
Las fuentes oficiales informan que han encontrado animales de todas las edades y distintos sexos, por lo que se descarta algún tipo de matanza selectiva. Los conservacionistas alegan además que el número total de cadáveres podría ser incluso más alto, pues los restos son difíciles de detectar.
Las autoridades del país y algunas organizaciones medioambientalistas que trabajan en este territorio barajaban en un principio que la muerte masiva se hubiera debido a la intoxicación por cianuro, una técnica utilizada por cazadores furtivos de Zimbabwe.
Sea como fuere, la causa de muerte no podrá detectarse hasta que no estén listos los análisis correspondientes, y esto es algo que todavía puede tardar, habida cuenta las dificultades del terreno y las restricciones como consecuencia de la COVID-19.