Habitantes de la avenida Sucre denunciaron que, hasta la fecha, seis establecimientos callejeros se encuentran en las distintas transversales durante todas las semanas, sin respetar el distanciamiento social, ni medidas preventivas como el uso del tapabocas
Pese a la cuarentena estricta ordenada por el gobierno del presidente Nicolás Maduro en doce estados del país, incluyendo Caracas y Miranda, para tratar de contener el avance del covid-19, los mercados abiertos proliferan en las calles del municipio Sucre y en ellos no solo no se respeta el distanciamiento social, sino que tampoco se respetan medidas preventivas como el uso del tapabocas.
Desde hace tres meses, los venezolanos han tenido que mantenerse en sus hogares para preservar sus vidas, y las de sus familiares. Pero el estado de emergencia sanitaria en el país ha generado un declive en el sistema económico, ya que los comercios y establecimientos han cerrado sus puertas con el objetivo de frenar el avance significativo del virus.
La situación, empero, ha afectado considerablemente la economía de muchos, especialmente de los comerciantes informales, quienes se han visto en la necesidad de migrar hacia la modalidad de mercados abiertos, aunque ello implique que no se tomen las medidas sanitarias recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Un caso alarmante es vivido por los habitantes de la avenida Sucre de Los Dos Caminos, municipio Sucre del estado Miranda. Voceros de la zona denunciaron ante el diario La Voz la aglomeración excesiva de estos puestos callejeros, en los cuales no se respeta el distanciamiento social y muchos comerciantes y compradores incumplen las medidas preventivas, entre ellas el uso obligatorio del tapabocas.
Durante un trabajo periodístico realizado en la zona, se conoció que antes de la llegada del covid-19, en la avenida Sucre, dos mercados a cielo abierto eran los únicos permitidos por la alcaldía y tiene años operando en las transversales del sector.
Pero una infografía suministrada por los residentes detalla que actualmente la zona cuenta con seis mercados itinerantes (que van de un lugar a otro sin permanecer de manera fija) en la mayoría de las transversales y no tienen permiso de la alcaldía, sino que operan bajo la aprobación de los consejos comunales.
En un inicio, los consejos comunales informaron a la comunidad que dichos mercados estarían operando los fines de semana en un horario entre 8:00 am y 3:00 pm, pero lo cierto es que trabajan corrido desde el miércoles hasta los sábados.
Los alimentos que se comercializan en estos mercados, conocidos también como “ferias”, son pescados, carnes, charcutería, hortalizas, verduras y productos de primer necesidad, como aceite, azúcar, café, harina. “Esto no puede ser. No queremos que esto se convierta en una zona anárquica, como Catia y Petare. Esto es una zona residencial, no un mercado popular”, expresó indignada una residente de la avenida Sucre, quien prefirió mantener su identidad anónima.
Otro habitante detalló que la llegada de estos mercados impide el cumplimiento correcto de la cuarentena, ya que los ciudadanos pueden adquirir alimentos “en cada esquina” y eso genera que los ciudadanos salgan más a las calles.
En ese sentido, los residentes de Los Dos Caminos han tomado la decisión de hacer un reclamo a la alcaldía y a los consejos comunales, pero hasta los momentos no han recibido respuestas. Un vecino aseguró que hasta han recurrido a los cuerpos de seguridad del municipio, pero tampoco los han ayudado.
Tras el permiso de estos mercados a techo abierto surgen dos inconvenientes que acrecientan las molestias de la comunidad de Los Dos Caminos. El primero se trata de los desechos que generan estos establecimientos, ya que utilizan los “containers” de la zona para botar la basura, y en algunos casos los residuos rebosan del vertedero. “Dejan en el lugar los restos de pescados, las verduras y otros alimentos, lo que genera mal olor en el sector, y de una basura que no es de nosotros”, acotó otro ciudadano.
Los habitantes de Los Dos Ca,inos pagan un impuesto por aseo, y no les parece justo que los comerciantes aprovechen que en el lugar las empresas recolectoras de basura pasan regularmente para mantener las calles en condiciones óptimas, para botar sus sobrantes exonerándose del pago correspondiente a este servicio.
El otro problema es el ruido que generan al momento de armar sus toldos, descargar los camiones con la mercancía y ordenar sus puestos de trabajo. “Se escuchan gritos, tiran las gaveras desde las 4:00 de la mañana; ya ni siquiera nos dejan dormir”, exclamó una vecina de la zona.
Cabe mencionar que una habitante del sector aseguró que la comunidad tiene dos años mediando con la alcaldía con el tema de los mercados, pero con la llegada del coronavirus, todo se ha salido de control y ahora el sector está abarrotado de ferias.
Los residentes esperan que luego que acabe la cuarentena estos locales de comida itinerantes cesen y se retiren. Altamente preocupados por esta situación, le hacen un llamado a los organismos competentes para que tomen en serio este hecho irregular, ya que cada semana se suman más mercados callejeros, lo que puede generar a futuro un foco de contagio.