El Reino Unido excluyó a Huawei del desarrollo de su red 5G. El gobierno británico anunció que a partir de 2021 prohibirá a los operadores de telecomunicaciones adquirir esa tecnología de la empresa multinacional china.
Toda la infraestructura aportada hasta ahora por Huawei será eliminada del territorio británico de aquí a 2027, estableció el gobierno de Boris Johnson. La decisión retrasará la entrada de esta tecnología en Gran Bretaña y provocará el aumento de costos. Sin embargo, el gobierno conservador la avaló argumentando que las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos a la compañía asiática cambiaron las circunstancias.
La exclusión de Huawei fue anunciada por Oliver Dowden, ministro de Cultura, Digital, Deportes y Medios de Comunicación, ante la Cámara de los Comunes. El anunció se hizo tras una reunión con el Consejo de Seguridad Nacional, presidido por Johnson y formado por algunos ministros y el abogado del Estado.
Previamente el Consejo tuvo que anular otra decisión tomada en enero en la que había autorizado a Huawei el acceso a partes no estratégicas de la red 5G. En ese momento el organismo había consideradoun riesgo «controlable» para la seguridad nacional la intervención de la compañía china.
El ministro explicó que las circunstancias habían cambiado. El Consejo tomó en consideración la decisión anunciada en mayo por EEUU de restringir la venta de chips de fabricación estadounidense a la gigante asiática.
Según Downey la sanción de la administración Trump a Huawei pondría en peligro la cadena de suministro. «Limitan la capacidad de Huawei de producir productos importantes», sostuvo Downey. El ministro explicó que el Reino Unido no tiene la confianza de poder garantizar la seguridad del futuro equipamiento 5G de Huawei. «Para ser claros, desde el final de este año, los operadores de telecomunicaciones no deben comprar ningún equipamiento de 5G de Huawei, y, cuando se apruebe la ley de seguridad en las telecomunicaciones, será ilegal hacerlo», dijo. Dowden. También admitió que la exclusión de la empresa china retardaría entre 2 y 3 años el desarrollo de la red de alta velocidad en el país. Además aumentará el costo de la misma en unos 2.000 millones de libras (2.500 millones de dólares).
El gobierno británico tomó la decisión en respuesta a las presiones de Estados Unidos. Desde el país norteamericano sostiene que los tratos con Huawei dejan abierta la posibilidad al espionaje y sabotaje por parte del Estado chino. Beijing niega rotundamente que eso pueda llegar a pasar.
En una reciente sesión parlamentaria en Londres, el vicepresidente de Huawei, Victor Zhang, rechazó que estén obligados a acatar órdenes de Beijing. Además garantizó que se regirán bajo legislación británica. La decisión anunciada por el Ejecutivo de Johnson tensa aún más las relaciones con China. La presión de Londres ya se había hecho sentir al expresar sus críticas sobre la nueva legislación de seguridad nacional que Beijing aplicará en Hong Kong.