La situación de los presos en Carabobo es cada vez más alarmante. Desde el 19 de mayo hasta este lunes 13 de julio han fallecido por desnutrición y tuberculosis al menos 15 privados de libertad, alertó Carolina Girón, directora de la ONG Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP).
Del total de fallecidos, 14 pertenecían al Internado Judicial de Carabobo, conocido también como penal de Tocuyito, y uno que estaba recluido en la sede de la Policía de Carabobo en Puerto Cabello, conocida como La Zulia. Este último fue trasladado recientemente a la Ciudad Hospitalaria Enrique Tejera (CHET), en Valencia, donde falleció.
Girón afirmó que, según denuncias hechas por los familiares, los detenidos que se encuentran delicados de salud no son trasladados a los hospitales de forma oportuna, pero cuando lo hacen, “los dejan en los pasillos tirados en el piso hasta que mueren”.
La desnutrición el principal problema que se está presentando en la mayoría de las cárceles no solo de la entidad carabobeña, sino también del resto del país, aseveró Girón. En el caso particular del penal de Tocuyito, los presos ya tenían dificultad para acceder a los alimentos, situación que empeoró el 13 de marzo tras la prohibición de las visitas debido a la pandemia por covid-19.
A pesar de que la prohibición de las visitas representa una medida acertada para evitar contagios provenientes del exterior, dijo, no fue establecido un protocolo de atención a los presos que les permitiera acceder a los pocos alimentos y las medicinas que sus familiares les llevaban antes de la cuarentena.
Además, las familias de los privados de libertad tienen ahora más obstáculos por superar para poder llevar comida y otros insumos hasta las puertas del penal. “Se les complica por las restricciones de movilidad, la cuarentena y la situación económica. La gran mayoría son personas humildes y les cuesta mucho la consecución de alimentos tanto para ellos como para los que están presos”.