Rechazan ataques contra migrantes

El obispo de la Diócesis de San Cristóbal se mostró alarmado por las expresiones del padre Numa Molina

Monseñor Mario Moronta, primer vicepresidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), rechazó los señalamientos hechos por el padre Numa Molina, quien los calificó como “bioterroristas”

Monseñor Mario Moronta, obispo de la Diócesis de San Cristóbal, rechazó los señalamientos hechos por el padre Numa Molina contra los migrantes venezolanos que han retornado al país en medio de la pandemia de coronavirus a través de las llamadas trochas, a quienes calificó de “bioterroristas”.

“Un trochero infectado es un bioterrorista que te puede quitar la vida a ti y a tus seres más queridos. Entren por los pases autorizados, bienvenidos a su patria pero sométanse a la cuarentena, no vengan a infectar a los venezolanos”, escribió el sacerdote en un tuit publicado el pasado 15 de julio.

Moronta, primer vicepresidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, emitió un comunicado en el que afirma que, en estos días de “tantas angustias creadas por la pandemia del covid-19, que ha agudizado la crisis que atraviesa el país”, le resulta inexplicable y escandaloso “escuchar de un hermano sacerdote expresiones no solo ofensivas y degradantes, sino también calumniosas contra hermanos nuestros que, a su situación de indefensión y pobreza, deben añadir el menosprecio de quienes deberían atenderlos dignamente a su retorno a la patria”.

Recuerda que quien desde un principio ha señalado a los venezolanos que retornan al país de otras naciones de instrumentos “bioterroristas” ha sido el presidente Nicolás Maduro, lo que “habla de cómo es el interés y la preocupación de quienes se atornillan en el poder”. “Pero que un sacerdote se haga vocero de esa calumnia llamando a los migrantes que retornan como ‘trocheros infectados y bioterroristas’ colma no la admiración, sino la vergüenza. No todos los que regresan lo hacen por las trochas, no todos los que regresan, incluyendo quienes pasan por las ‘trochas’, son infectados, y tampoco son bioterroristas”.

“No entiendo cómo un hermano sacerdote pueda llegar a decir todo eso de unos seres humanos que vienen con indefensión y que tenían al menos la ilusión de ser atendidos con caridad por quienes tienen la obligación de atenderlos. Quizás ese hermano desconoce que en estos momentos hay un férreo control policial y militar por las llamadas ‘trochas’ por donde suelen pasar muchos que van y vienen en el eje fronterizo colombo-venezolano. Quizás desconoce que existen ‘trochas’, sobre todo en la zona norte del Táchira y en otros lugares, controladas por fuerzas del orden y que permiten el paso de quienes ‘contribuyendo’ quieren ir y venir por ese mismo eje fronterizo, pero esto no será creíble para quien nunca han estado trabajando en la frontera”.

Moronta señala que quizás Molina desconozca cómo la Diócesis de Cúcuta “se ha desvivido por atender a esos migrantes, empobrecidos a causa de un país hundido en la miseria: antes y después de la pandemia”. “Quizás desconoce que nuestras Cáritas parroquiales, en coordinación con la diocesana, son las que han podido darle de comer a muchos hermanos que han ido pasando en su forzado retorno a la patria. Más aún, es posible que no conozca que nuestra Cáritas diocesana es la que ha podido darle de comer a muchos que están recluidos en los denominados PASI (Puestos de Atención Social Integral). Es posible que nunca le haya visto el rostro de dolor a esos migrantes que son venezolanos, pero sobre todo hermanos”.

“En estos días, muchas personas se han sentido escandalizadas por esa descalificación calumniosa que se ha dado a esos hermanos. No olvidemos que la calumnia, además de pecado, es un delito penal. Unos han expresado su extrañeza por lo salido de la boca de un sacerdote, otros han sugerido que sus superiores hagan algo (no creo que lo vayan a hacer, por muchas razones). Por eso, estas líneas quieren ser no solo un reclamo, sino también la manifestación sincera de que no se trata de una simple o protocolar defensa de los que vienen de fuera. No. Es desde la caridad del pastor de donde salen estas líneas”.

En primer lugar, “para pedirles perdón a quienes han sido rebajados en su dignidad por las calificaciones desvergonzadamente calumniosas. ¡No! Ustedes no son ‘trocheros infectados bioterroristas’. Ustedes son hermanos que saben dónde sí van a encontrar acogida: no en quienes detentan y se atornillan en su ansia de poder o de quienes son la ‘voz de su amo’. En segundo lugar, para reafirmar que son bienvenidos, como siempre porque esta es su patria!”

El pasado viernes 17 de julio, la Compañía de Jesús criticó que los venezolanos que regresan al país en medio de la pandemia por el coronavirus sean llamados trocheros y rechazaron que un integrante de la congregación haya utilizado el término para referirse a los ciudadanos retornados.

A través de un comunicado, el padre Provincial Rafael Garrido SJ rechazó los “términos peyorativos utilizados por un religioso de esta congregación”, refiriéndose específicamente al sacerdote Numa Molina.

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