Las gotas que expulsamos al toser, estornudar e incluso al hablar, viajan más lejos de lo que anteriormente se creía
A medida que el mundo inicia la reapertura, incluso con la COVID-19 en sus más altos niveles de contagio, una pauta se repite una y otra vez: mantener entre 1,5 y 2 metros de distancia entre personas. Y este número nos hace sentir seguros porque proviene de las autoridades. Sin embargo, esa distancia es, según un nuevo estudio, inexacta y errónea.
La recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es guardar una distancia de al menos 1 metro para evitar el posible contagio de COVID-19 a través de las gotas que expulsamos al toser, estornudar o incluso hablar.
Pero, ¿de dónde salió esa recomendación? Según un artículo del portal Quartz , de un estudio hecho hace casi un siglo.
En el año 1934, la Escuela de Salud Pública de Harvard fabricó un dispositivo para capturar las gotas que vuelan por el aire luego de salir de la boca. Los resultados de ese ensayo siguen vigentes como el “statu quo” de la actualidad, aunque los CDC duplican la longitud, recomendando 2 metros de distancia entre personas.
Pero ahora una nueva investigación publicada en la revista Physics of Fluids, que usó una sofisticada simulación para modelar el aerosol de una tos, aparece para retar el conocimiento de la OMS y los CDC.
Como lo explica su autor principal, el profesor Dimitris Drikakis, de la Universidad de Nicosia (Chipre):
Lo que mostramos es que tenemos una cantidad significativa de gotas que pueden viajar más allá de dos metros en un corto período de tiempo. Esto es algo que debemos tener en cuenta.
El dispositivo construido por Drikakis y su equipo es técnicamente avanzado y entrega datos relacionados con todo tipo de variables en física y dinámica de fluidos. Incorpora varios modelos matemáticos que simula turbulencias de aire, humedad y evaporación.
Los científicos decidieron simular una tos en lugar de un estornudo, dado que un estornudo es más fuerte pero menos habitual. Incluso optaron por una tos leve porque es todavía más común.
Lo que la investigación fue que, sin viento, las gotas de una tos leve caerán al suelo dentro de dos metros.
Pero con una velocidad del viento de tan solo una milla por hora (1,6 kilómetros), todo cambia. Con condiciones así, las pequeñas gotas pueden alcanzar dos metros en dos segundos, para luego continuar. Y con una velocidad del viento de unas 10 millas por hora, alcanzan los 6 metros en solo 1,6 segundos.
Estas cifras resultan especialmente relevantes, dado que la velocidad promedio del viento en la mayoría de ciudades principales de Estados Unidos oscila entre 5 y 10 millas por hora, similar al de varias ciudades costeras de España.
Según Drikakis, esto no implica que si hay viento de 10 mph la persona cercana se infectará. Una de las mayores incertidumbres del nuevo coronavirus es cuál es la dosis y el tiempo de exposición para que una persona se infecte. Sin embargo, la recomendación de 2 metros como la distancia que necesitamos para estar seguros durante una pandemia es algo que debemos replantear en un espacio abierto.
En los cuadros anteriores se puede ver claramente que la densidad de la nube de gotas disminuye con la distancia y con la intensidad de los vientos. Esto evidencia que implementar distancia social adicional podría ayudar a garantizar la seguridad pública.
Así entonces, muchos de nosotros nos preguntamos qué podemos hacer ahora cuando sabemos que esas gotas pueden extenderse más de lo que se creía anteriormente, justo cuando el verano está a la vuelta de la esquina y la reapertura es inminente. Esto dice el profesor Drikakis:
No creo que tengamos que entrar en pánico y mantenernos a 6, 10 o 100 metros de distancia. No sabemos exactamente cuál es la cantidad de gotas y la cantidad de virus que infecta. Lo que recomendaría como persona común es que, si estás en un lugar y hay una brisa ligera o un viento fuerte, ¿te sentarás cerca de alguien? … toma esto en cuenta.