Ventas por terminal de cédula agitan fantasma de la escasez

El incumplimiento de la regulación de venta por terminal de la cédula «acarreará las multas y sanciones establecidas en la ley», sin aclararse a cuales se hace referencia

Primero fue Miranda y desde este viernes La Guaira se suma a la venta controlada de productos, un escenario que ya vivió el país en los años 2015 y 2016, cuando el desabastecimiento golpeaba al país

Una nueva regulación para la compra de alimentos, basada en la cédula de identidad, primero en Miranda y ahora en La Guaira, despertó esta semana el temor a una nueva etapa de escasez en el estado  Miranda, que alberga buena parte de Caracas, la única región donde se aplica por ahora una medida adoptada oficialmente para frenar la pandemia.

«Yo no quisiera acordarme de eso (…) no quiero volver a ese tiempo», dijo a Efe el pensionado Octavio Moreno sobre la escasez de alimentos básicos y medicinas que sufrió el país entre 2014 y 2017.

Moreno reside en Palo Verde, que limita con Petare, el barrio más grande del país, que marca el límite occidental de Caracas y en la que reside buena parte de los habitantes de la capital, aunque administrativamente forma parte de Miranda.

Recuerda que en 2016, cuando la escasez se sintió con fuerza en todo el país y las compras se organizaban según el número del documento de identificación, hizo largas colas varias veces por semana para comprar algunos kilos de harina de maíz -base de la alimentación en Venezuela-, arroz o proteína animal.

Déjà vu de la escasez

Por ello, cuando el gobernador del estado Miranda, Héctor Rodríguez, anunció el martes que las compras de alimentos se organizarían de nuevo a través de la cédula de identidad, como sucedía durante la escasez, Moreno dijo que experimentó un déjà vu.

Además, está convencido de que un nuevo período de escasez sería peor esta vez porque, a la falta de alimentos, se sumaría la pandemia que desató el nuevo coronavirus.

«Eso va a traer más colas, y así más rápido se va a pegar (contagiar) la pandemia, porque ahí van a estar pegados unos de otros (en las filas de los mercados). Para mí, es mejor que siga como estaba antes que uno podía llegar y comprar», insistió.

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