La más grande concentración se ve en las bombas con combustible subsidiado, pero también hay colas -aunque más cortas- en aquellas donde la venta es dolarizada. Algunas estaciones, incluso, estuvieron cerradas
Dos meses duró la estabilidad en la distribución de gasolina en Caracas. La capital venezolana vuelve a mostrar con largas colas para abastecer combustible desde mediados de la semana pasada.
Aunque las colas más largas se presentan en las estaciones de servicio que venden a precio subsidiado, también se vio acumulación de vehículos en las bombas que venden a precio internacional.
Durante un recorrido efectuado el fin de semana por un equipo periodístico del portal Efecto Cocuyo por varias gasolineras del Distrito Metropolitano de Caracas el fin de semana fue constatada que la situación tiende a ser irregular.
La estación de servicio Avilago, ubicada en la parte norte de la avenida Baralt, empezó a trabajar a las 12:00 del mediodía del viernes 7 de agosto y la cola de carros se extendía hasta los alrededores de la Universidad Católica Santa Rosa.
El panorama era similar en la estación de servicio La Estrella, en La Candelaria. La cola de esta bomba llegaba hasta la avenida Panteón, tal y como ocurrió previo a la llegada de la gasolina iraní.
Los usuarios de esta estación afirmaron que solo se estaban despachando 30 litros por vehículo y la mayoría de los que pudieron surtirse de combustible iniciaron la fila en horas de la madrugada.
En cambio, la estación de servicio Anauco, en San Bernardino, ni siquiera estaba prestando servicio, alimentando la impresión de algunos de que la gasolina iraní ya se acabó o que la distribución de la misma no es equitativa.
En el municipio Chacao, las bombas de gasolina despachan a precio internacional y también tenían colas de más de 30 vehículos. Las estaciones de servicio Blandín I y II estuvieron abarrotadas el viernes, aunque las colas no eran tan largas como las de las bombas subsidiadas.
En la estación de servicio Buenavista, justo en la entrada de Petare, dos largas colas de vehículos esperaban por una cisterna que apenas estaba descargando gasolina a las 2:15 de la tarde.
Aunque este panorama apenas está surgiendo en Caracas, en otras regiones del país la escasez de gasolina se ha vivido durante toda la cuarentena y, ni siquiera con la llegada de combustible iraní se pudo mejorar la distribución en numerosos lugares del interior.
Iván Reyes/Efecto Cocuyo