El candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Joe Biden, ha elegido este martes a su exrival en las primarias Kamala Harris para completar su ticket. Así, la senadora por California, de 55 años, de padre jamaicano y madre india, se ha convertido en la tercera mujer en la historia, y la primera mujer negra, en completar un ticket presidencial. Si los demócratas ganan las elecciones de noviembre, será la primera mujer vicepresidenta de la historia. Pragmática e ideológicamente moderada, la senadora proporcionará al ticket demócrata, además de una historia personal inspiradora, un estilo de campaña más combativo que el que caracteriza al candidato a presidente.
No es el primer techo de cristal que rompería Harris, que ya en 2011 se convirtió en la primera mujer fiscal general de California. Seis años después se convirtió en la segunda mujer negra en ser elegida para la Cámara alta, y sus duras intervenciones en los primeros compases de la Administración Trump no tardaron en hacer de ella una figura conocida a nivel nacional.
Biden ha recordado que su hijo Beau, fallecido por cáncer en 2015, “trabajó muy de cerca” con Harris cuando esta era fiscal general. “Yo contemplé cómo se enfrentaron a los grandes bancos, apoyaron a la gente trabajadora y protegieron a las mujeres y a los niños del abuso. Estuve orgulloso entonces, y estoy orgulloso ahora de tenerla como mi compañera en esta campaña”, ha dicho.
Harris entró en enero del año pasado en las primarias presidenciales demócratas. Partió como uno de los nombres más conocidos. Senadora, procedente de un bastión demócrata como California, portaba un sólido bagaje para una carrera presidencial. Trató de mantener una delicada equidistancia entre el sector centrista y el izquierdista. Tuvo momentos memorables, el principal de los cuales, irónicamente, fue un furibundo ataque a quien entonces era su principal rival en el sector moderado y hoy es el hombre que la ha elegido para convertirla en vicepresidenta: Harris acorraló a Biden en un debate televisivo por sus opiniones sobre la segregación escolar décadas atrás. Pero nunca logró mantener las primeras posiciones en las encuestas y la recaudación de fondos se le fue complicando, hasta que decidió tirar la toalla y retirarse de la superpoblada carrera a principios de diciembre, cuando ocupaba el sexto lugar en los sondeos, con un 3,4% de los apoyos. El 8 de marzo, daba su apoyo a Biden.
Harris era una de las opciones más seguras de cuantas Biden tenía encima de la mesa. Sus partidarios consideran que reforzará el tirón de Biden entre las minorías y las mujeres, sin levantar ampollas a izquierda o a derecha. Su sólido currículo, con experiencia en las administraciones federal, estatal y local, la convierte en una candidata fuerte, igual que juega a su favor su no adscripción a los dos bandos que luchan por el poder en el partido. Su ascendencia jamaicana e india también es un gesto a un sector del país que se ha movilizado estos meses por la justicia racial. Es buena en los debates, y el hecho de haber protagonizado una carrera en las primarias garantiza que su historial ha sido sometido a escrutinio y la blinda contra eventuales sorpresas. Entre sus debilidades, está su historial duro como fiscal, que le ha valido críticas sobre todo en el ala más progresista del partido.
Biden ha pasado los últimos días entrevistando, en persona, por pantalla o teléfono, a cada una de las finalistas de una búsqueda que ha generado una enorme expectación. Harris siempre estuvo en lo alto de las quinielas. Se hablaba también de la exconsejera de Seguridad Nacional Susan Rice, de la senadora Elizabeth Warren, y de perfiles más emergentes como la congresista Karen Bass o la alcaldesa de Atlanta, Keisha Lance Bottoms. Un comité de cuatro miembros ha examinado las credenciales y el historial de cada una de las candidatas, pero, concluido su trabajo, la decisión la tomó Biden a solas.
Poco después del anuncio de Biden, en una señal de cuál puede ser la estrategia de los republicanos contra Harris, el presidente Donald Trump ha subido a Twitter un vídeo en el que acusa a la senadora de “falsa” y de “abrazar la izquierda radical”. “Los votantes rechazaron a Harris, inteligentemente vieron a una falsa. Pero Joe Biden no. Él no es tan listo”, dice el locutor. El vídeo recuerda que Biden se refirió a sí mismo como un “candidato de transición” y sostiene que “entregará las riendas a Harris mientras juntos abrazan la izquierda radical”.
El lunes, la campaña de Biden aseguró que habría una decisión a mediados de esta semana. Pero el candidato había incumplido ya en al menos dos ocasiones el plazo que se había autoimpuesto para anunciar la que era quizá la decisión más importante de su campaña hasta la fecha. La decisión, en cualquier caso, debía tomarse antes de que se celebre el próximo lunes la Convención Demócrata, de la que Biden, que no cuenta con ningún rival, saldrá como candidato ya oficial del partido. Ya pueden, pues, empezar a imprimirse los carteles y camisetas con el mensaje “Biden – Harris”.