Las universidades han tenido que adaptarse a la coyuntura de la pandemia. Los eventos más emblemáticos, como los actos de grado, fueron suspendidos, aunque algunos realizaron una celebración virtual, como el caso de la UCAB
Mariana Hernández, de 22 años de edad, celebró su fin de año estudiantil a través de una pantalla. Desde Maracay, estado Aragua, con mucha ilusión y emoción, encendió la cámara de su computadora y brindó por esos cinco años de aprendizajes, retos y sacrificios que vivió en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), en Caracas.
Cuando inició el décimo semestre, en el mes de abril pasado, soñó con estar presente en el aula magna de su casa de estudios para festejar con sus amigos y familiares. Pero el confinamiento por la pandemia del covid-19 impuso otra dinámica y obligó a los graduandos a brindar desde sus casas. Para Mariana, el semestre que acaba de culminar fue atípico, pero nunca dejó de ser especial, y no pierde la esperanza de reunirse nuevamente con sus compañeros de clases para celebrar con toga y birrete esta meta alcanzada.
Las universidades han tenido que adaptarse de manera acelerada a la coyuntura de la pandemia. Los eventos más emblemáticos, como los actos de grado, fueron suspendidos, aunque algunos pasaron a ser una celebración virtual, como el caso de la UCAB. “Me hubiese encantado cumplir esa ilusión de verme brindando con el rector y mis compañeros más allegados, pero, a pesar de haberlo hecho ‘online’, se mantiene la misma ilusión y felicidad de que, después de cinco años de estudios, me gradué. Espero que en unos meses podamos estar todos juntos en la universidad recibiendo nuestro título y festejar como debió haber sido en un principio”, comentó la joven vía WhatsApp.
El pasado 6 de agosto, la Dirección de Egresados de la UCAB programó un encuentro virtual con el rector, Francisco José Virtuoso, con el fin de celebrar la culminación del pregrado. Las butacas repletas con los graduandos, el bullicio de estos encuentros, el corre corre de estas citas, el abrazo de la felicidad, quedaron para otro momento. Por ahora, el reconocimiento fue a través de la plataforma Zoom y contó con la presencia de un ‘dj’ invitado que animó a los egresados a través de las pantallas.
Para Carlos Ruiz, el brindis, a través de una plataforma virtual, fue una experiencia “rara, pero a la vez divertida”. Pero esta invitación de la universidad la aprecia como “oportuna y necesaria”, para compartir con sus compañeros y revivir en parte el ambiente universitario que tanto extraña.
Cada brindis se vivió de una manera distinta, haciendo de él una historia muy particular en la vida de cada uno de los graduandos, como protagonistas de esta historia. A Luis Alvarado le tocó alzar su copa desde el recinto donde debió estar junto a todos sus compañeros egresados. Sin embargo, el aula magna se convirtió en su lugar de trabajo para apoyar a la coordinación de comunicaciones de la Dirección de Egresados, donde se desempeña como analista desde octubre de 2018. “Sinceramente, el brindis para mí pierde tal vez un poco de expectativa, porque ya lo he vivido en otras oportunidades, pero este fue especial porque estaban honrando ese esfuerzo que vengo haciendo todo este tiempo en la universidad”.
El evento fue organizado por la Dirección de Egresados, en conjunto con el Centro de Estudio en Línea (CEL) y la Dirección de Comunicaciones de la UCAB. La experiencia de Luis fue emocionante, porque desde su equipo de trabajo fue el encargado de distribuir las invitaciones al grupo de graduandos, a través del correo electrónico.
Las actividades se dividieron entre el CEL, que se encargó de gestionar la sala de Zoom para darle acceso a todos los invitados, y el equipo de comunicaciones de la universidad se encargó de realizar el material audiovisual para que Luis lo distribuyera a través de las redes sociales.
A pesar de haber participado en cinco brindis de forma presencial, este resultó ser el más significativo. El joven siempre mantuvo la idea de celebrar junto a sus compañeros esta ceremonia sentado en las butacas del aula magna de la UCAB.
La Simón Bolívar
José Maciel pudo recibir su título como Ingeniero en Materiales de la Universidad Simón Bolívar (USB), en medio de la pandemia por el covid-19. Para él fue una experiencia poco gratificante, a pesar de que haber sido de manera presencial, pero se siente satisfecho por haber culminado una etapa que tanto le costó.
Una semana antes de que el Gobierno Nacional decretara la cuarentena en todo el país, el joven se encontraba firmando el acta para la entrega de su título, que debió realizarse el 16 de marzo.
Sin embargo, la USB no se quedó de brazos cruzados y empezó a gestionar las estrategias para poder hacer entrega del documento solicitado por parte de los graduandos. A mediados de julio recibió un mensaje por parte de la universidad en el cual le indicaban que estaban planificando una especie de acto “simplificado”, es decir, un acto privado para hacer entrega de los títulos.
La Dirección de Admisión y Control de Estudios (DACE) de la Universidad Simón Bolívar fue la encargada de iniciar la planificación de la entrega de títulos a través del “acto privado”, previamente aprobado por las autoridades universitarias.
La USB, además, gestionó permisos con la Alcaldía de Baruta para facilitar la movilización de los estudiantes durante lo tres días de la actividad. Maciel tuvo que trasladarse desde Los Teques hasta la sede de Sartenejas, en el estado Miranda, a través de los caminos verdes. Su única salvación fue el salvoconducto que le asignó la empresa donde se encuentra laborando actualmente, para poder llegar a la universidad.
La organización de la universidad fue “bastante elaborada”. Solicitaron el apoyo de los Bomberos Voluntarios de la USB para tener la logística en cuanto a la desinfección y el distanciamiento de cada uno de los graduandos. Además, explicó que la institución les pidió que llevaran su bolígrafo para llenar una planilla en la cual hacían constar que se cumplió con el protocolo de seguridad y sanidad dentro del campus. “Al llegar a la universidad, cuando uno iba en el carro, te buscaban en una lista dependiendo de los turnos en los que estábamos organizados y luego nos indicaban dónde podíamos estacionarnos. Todo el mundo tenía que esperar dentro de los vehículos y en cada carro nada más podía estar un graduando y un acompañante. Nadie podía salirse del vehículo para tomarse fotos, ni acercarse unos con otros”, detalló.
Al momento de recibir el título, cada graduando debía cumplir con el protocolo de sanidad. Al momento de llamarlos, debían salir del carro e inmediatamente les aplicaban gel antibacterial para desinfectar sus manos. Luego, el equipo de protocolo los guiaba hasta el lugar donde se encontraban los bomberos voluntarios, quienes se encargaron de dar las instrucciones para desinfectar los zapatos en un tapete acondicionado y también tomaban la temperatura y los rociaban con alcohol para pasar a la sala donde se haría la ceremonia.
José Maciel no pierde la esperanza de reunirse con sus colegas en el conjunto de auditorios. El grupo de WhatsApp de sus compañeros de promoción piensa negociar con la institución para realizar la imposición de medalla, luego de que se supere la cuarentena.
RECUADRO
A la espera del título
Francisco Coronel, estudiante de Comunicación Social de la Universidad Monteávila, lamenta no haber disfrutado su “Ronada”, una tradición universitaria que se hace el último año de la carrera. El viernes 13 de marzo, cuando estaban entregando la tesis de manera presencial, la administración del presidente Nicolás Maduro reportó los dos primeros casos de covid-19 en el país. Desde entonces no ha vuelto a pisar su alma máter. “Esto significó que no tuviésemos nuestra Ronada, ni pudimos recibir ni usar nunca nuestras camisas y termos de promoción. En julio debíamos estar teniendo nuestra misa, acto y firma, y no hemos tenido nada de eso por la siguiente razón: nuestros títulos no están firmados por el ministerio”.
Comenta que la universidad ha sido transparente durante el proceso. Los han mantenido informados y les han explicado cada uno de los procedimientos que han podido llevar a cabo, a pesar de las circunstancias. Pero por ahora están a la expectativa de la firma de sus títulos por parte de los entes encargados.
Aspira a celebrar con sus compañeros una vez termine se levanten las restricciones de la cuarentena. Está dispuesto a esperar para reencontrarse con sus profesores, amigos, tomarse sus fotos de grado y abrazarse con toda su promo por haber culminado esta etapa de su vida.
Antonella Freites | Efecto Cocuyo