Aunque las autoridades no han reportado focos de contagios en estos lugares, la asociación civil Convite informó que existe una institución en Caracas donde sí se detectaron casos
En pleno pico de la pandemia de coronavirus en Europa, durante el mes de abril, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló que más de la mitad de los fallecidos por covid-19 eran residentes de ancianatos.
Los adultos mayores son especialmente vulnerables frente a esta enfermedad. De contraer el virus SARS-CoV-2, tienen más probabilidades de presentar cuadros graves, advierte la OMS.
Esto se debe a que la mayoría padece de una o más enfermedades previas y enfrentan el debilitamiento de su sistema inmunológico.
En Venezuela, según cálculos de la asociación civil Convite, unos 3.500 adultos mayores viven en geriátricos.
Aunque las autoridades no han reportado focos de contagios en estos lugares, la ONG informó que existe una institución en Caracas donde sí se detectaron casos.
Tras el inicio de la epidemia en el país, en el mes de marzo, el Instituto Nacional de Servicios Sociales (Inass) visitó algunos ancianatos, principalmente en el Área Metropolitana de Caracas.
Describieron las medidas de prevención, instaron a suspender las visitas de familiares y aplicaron pruebas rápidas (de anticuerpos) al personal y los residentes.
De acuerdo a los encargados de un geriátrico ubicado en San Bernardino, y a Convite, en el ente no se hicieron más visitas desde entonces.
Medidas de prevención
El médico internista y geriatra Aquiles Salas dijo a Efecto Cocuyo que empleados de los ancianatos o geriátricos deben extremar las medidas de seguridad para evitar los contagios.
Señaló que sería ideal que estos trabajadores redujeran su movilidad y pudieran dormir en estos lugares, aunque expuso que esto es difícil dado que muchos trabajan en más de un establecimiento a la vez.
Salas instó a que el personal de enfermería, especialistas en terapia física, rehabilitación y todos los que estén en contacto con las personas de tercera edad en estas instalaciones puedan reforzar el lavado de manos.
Además, mencionó que deberían usar mascarillas y protectores faciales para administrarles medicamentos a los adultos mayores, darles comida, ayudarlos a asearse y, en general, cada vez que deban interactuar con ellos a menos de un metro y medio de distancia.
Impacto emocional
El director de la Escuela de Medicina Luis Razetti recordó que la media de edad de quienes están internados en este tipo de residencias o centros supera los 70 años y la mayoría tiene un alto grado de dependencia.
Advirtió sobre el impacto emocional del aislamiento en los abuelos al no poder ver a sus familiares, ya que muchos ancianatos restringieron las visitas por la pandemia del covid-19.
El cambio de la dinámica producto de la cuarentena podría generar cambios de ánimo, intranquilidad o insomnio. “Hay que estar muy pendientes y estimularlos”, dijo el médico.
Expuso que lo más responsable es que si algún trabajador de estos geriátricos sospecha que padece de coronavirus debe reportarlo a las autoridades y aislarse.
Más recomendaciones
El director de Convite A.C., Luis Francisco Cabezas, consideró que al personal que entra y sale de los ancianatos debería aplicárseles pruebas de covid-19 regularmente, al menos cada 15 días. Aconsejó que en la entrada se les pueda medir la temperatura.
El activista de derechos humanos mencionó que otra medida puede ser que los encargados de estas instalaciones tengan identificados espacios para aislar a personas con síntomas de coronavirus. Esto mientras se confirma o descarta el diagnóstico.
Cabezas denunció varios obstáculos que se suman a la pandemia del covid-19.
Desde hace tres meses, el Inass suspendió la entrega de proteínas, legumbres y aliños a los ancianatos públicos. Por ahora, lo que hacen es distribuir las cajas CLAP (Comités Locales de Abastecimiento y Producción) de alimentos.
Además, existe un retraso por parte del pago que debería hacer el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) a los geriátricos para sus beneficiarios. El monto actual es de 120.000 bolívares, menos de 50 centavos de dólar por cada cama.
RECUADRO
Alimentación irregular
De acuerdo con un monitoreo de la asociación civil Convite, el 80 % de las residencias para adultos mayores en el Área Metropolitana de Caracas tiene fallas en el abastecimiento regular de alimentos.
En segundo lugar, enfrentan servicios públicos deficientes. “No hay agua. Esto es complejísimo en los ancianatos donde deben lavar constantemente lencería”, dijo el vocero. La tercera problemática es el acceso a medicamentos.
Recientemente, Convite firmó una alianza con la Fundación Simón Bolívar, con la cual esperan beneficiar a unas 4.500 personas entre trabajadores y residentes de ancianatos con donaciones de insumos de bioseguridad: gel antibacterial, guantes y tapabocas.
María Victoria Fermín Kancev | Efecto Cocuyo