El politólogo, abogado y sacerdote jesuita Arturo Peraza urge un cambio de maniobra en el mantra de los tres pasos trazados por el diputado Juan Guaidó, y la Asamblea Nacional en 2019. Alerta que las comunidades más alejadas de la capital han sido abandonadas por el liderazgo opositor
El sacerdote jesuita, abogado, politólogo y vicerrector de la Universidad Católica Andrés Bello, Núcleo Guayana, Arturo Peraza, cree que el documento presentado por la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) debe ser visto con varias aristas, entre ellas: la “profunda angustia” que sienten los obispos por el sufrimiento de la población, la calificación de irregular que han hecho de la convocatoria a elecciones y el emplazamiento a la oposición a buscar una ruta política, argumentando que “la sola abstención no basta”.
Movilizar a la población
-Se han hecho todo tipo de interpretaciones de este comunicado, pero ¿qué buscaba la Iglesia con estas palabras?
-Ellos dicen que hay un grupo de partidos políticos que, frente a esta situación, han planteado la abstención y aseguran que eso no basta, porque lo que se ha hecho es inmovilizar a la población. La simple lógica de la abstención lo único que deja es una sensación de que no hay alternativas y un gigantesco vacío. La Iglesia no apuesta nunca a la violencia, pues complica más. Tiene que ser una vía cívica, democrática e institucional. Los obispos lo que consideran es que hay que movilizar a la población en torno a lo que ellos definen como participación masiva. No dicen cómo se hace una participación masiva. No hay una línea en el documento que diga que hay que ir a votar, pero tampoco dicen que no. Manifiestan la necesidad de una movilización popular masiva que cambie las circunstancias que estamos viviendo. La Conferencia Episcopal reta a la oposición a pensar alternativas de participación ciudadana y creo que allí es donde los partidos tienen que jugar un rol de inventariar la línea de acción política y la narrativa que tiene que acompañar esa acción para lograr transformación. Nadie es inconsciente de las actuales circunstancias de persecución. Es un régimen dictatorial, pero no es imposible viabilizar caminos.
-Si la oposición no traza esa ruta y se queda con el camino de simplemente abstenerse, ¿a qué se expone el liderazgo de aquí a diciembre?
-Yo no sé si se van a exponer o ya se están exponiendo, pero siento un fuerte índice de rechazo de la población hacia la oposición que parece estar ciega, sorda y muda. No habla. No oye y no ve. Dicen que ven, pero no están viendo la realidad de la gente y eso es lo que le está diciendo la Conferencia Episcopal y le está describiendo un cuadro dramático. El conjunto de medidas que a veces se toman sin calcular el sufrimiento que están causando en la población venezolana. Vamos al caso de los tanqueros que tomó Estados Unidos. La pregunta es: ¿Quiénes son los más afectados? No es el régimen, es la población. Es mentira que las medidas que se tomaron fueron para limitar las acciones del régimen o sancionar a aquellos funcionarios que violaron Derechos Humanos. La experiencia de la población está siendo que la oposición se ha vuelto también su enemiga, que no está escuchando el drama de lo que está pasando. Se argumenta que es la única manera de salir del chavismo, pero se están exponiendo a mayores niveles de rechazo, porque no están oyendo a la población. Su discurso le resulta vacío a la población, que no siente que hay eco de sus dramas.
RECUADRO
¿Hay entendimiento?
-¿Hay interlocución entre la Iglesia y Juan Guaidó o los partidos de oposición?
-Interlocución hay, lo que yo no sé -honestamente- es si nos estamos entendiendo. Yo siento que la lectura que se hizo de la crítica pública de la Conferencia Episcopal ha sido asumida por un grupo importante de la oposición de manera muy violenta e irracional. Lo que uno termina sintiendo es que tenemos un diálogo de sordos, porque la Conferencia Episcopal está preocupada por la situación de la vida de la gente. Parece que no importa cuánto sufrimiento van a crear con tal del fin político que se están trazando y eso es inadmisible.