La falta de agua, los cortes de luz, la mala vialidad, la pésima recolección de los desechos sólidos y la débil –o casi nula conexión– de Cantv, hacen amargos los días de los habitantes de esta parroquia
La cuarentena impuesta por la pandemia pareciera que adormeció a los funcionarios públicos, porque, por ejemplo, en la parroquia Coche lo que hay es abandono y desidia. No hay nada que funcione. Los vecinos padecen con los severos cortes de agua y se sienten agobiados por la mala calidad de los servicios.
Estas son parte de las denuncias de los vecinos de la parroquia Coche, que –durante estas últimas semanas– han realizado protestas virtuales para llamar la atención de las autoridades locales. Pero a la fecha no ha habido respuestas a sus quejas frente a la mala calidad de los servicios.
Verónica Pérez, residente de la zona, dijo que en lo que va de mes han tenido problemas con todo, pero lo más crítico es que llevan 12 días sin agua. Solo el jueves 20 de agosto llegó agua por tubería, pero salía marrón y con mal olor.
Las fallas de luz tampoco dan tregua. Indicó que en la urbanización Carlos Delgado Chalbaud hay muchas veredas sin electricidad. “Y se han presentado cuadrillas fantasmas cobrando 300.000 bolívares por cabeza para restablecer el servicio en las residencias Oriente e Isnotú y en las veredas que están al frente. Hacemos un llamado a las autoridades”, reclamó Pérez.
La red de cloacas en muchas zonas está colapsada. Al frente de la jefatura de Coche, desde hace más de un mes, hay un colector que se reventó y las aguas servidas corren por toda la avenida Guzmán Blanco. El olor putrefacto y las heces fecales invaden los espacios, denuncian los vecinos que caminan por el medio de la calle para evitar el contacto con el río negro.
Hace tres semanas, los habitantes iniciaron una campaña de reclamo a través de Twitter, ante la imposibilidad –por la cuarentena– de hacer jornadas de calle en protesta por la desidia gubernamental. “Pero ni la alcaldía que dirige Érika Farías ni Hidrocapital han hecho su trabajo”, comentó Pérez.
Quienes sí lo han hecho, de manera inescrupulosa, “son los empleados públicos de Cantv que están cobrando en dólares para reponer el servicio. Quitan las tarjetas de unos vecinos y se las ponen a otros. Nosotros tenemos el derecho de que nos arreglen ese servicio y no que se pague”, dijo Trina Rodríguez, residente por más de 40 años.
Con el índice alto de covid-19, señalaron que sin agua no se puede prevenir el contagio. Katherine Espinoza hizo un llamado al gobierno para que garantice agua potable de calidad a todas las parroquias, pues la escasez va a empeorar las condiciones sanitarias. “La que enviaron por 24 horas tenía mal olor, no era apta para el consumo. Tomen conciencia y hagan mantenimiento a la red de tuberías”.
Además, quienes dependen de la bombona de gas, otro punto a la mala calidad de los servicios, madrugan en las cercanías del puente de Coche, y esperan medio día bajo el sol o la lluvia, hasta que el camión surte. Si no alcanzan a comprar, se ven obligados a pagar la bombona en dólares. Hay quienes van hasta el llenadero, en el kilómetro 1 de la carretera Panamericana y dejan hasta comida no perecedera a los vendedores, para poder adquirir un cilindro.
Asimismo, se ha hecho más frecuente que deambulen niños en situación de calle, sin contar el incremento de hurtos a la propiedad privada. En ocho días, los vecinos reportaron dos casos en las residencias Venezuela. Exigen más patrullaje, y que “los uniformados velen por el resguardo de la ciudadanía y no por el matraqueo a los dueños de negocios a propósito de la cuarentena”, denunció el vecino Luis Vásquez.
En la parroquia también abundan los zamuros alrededor de vertederos ilegales. En materia de transporte y con el cierre de algunos accesos, los vecinos comentaron que tienen que pagar más de lo habitual para salir de la parroquia, entre 10.000 y 50.000 bolívares. El que no puede, hace largas caminatas para lograr sus rutinas diarias, que se resumen en la búsqueda de alimentos.
Mabel Sarmiento/Crónica.Uno