Ya hace más de cinco semanas que los 50 vecinos de los callejones Bolívar y Sucre del barrio La Lucha, en el municipio Sucre, caminan entre aguas residuales, luego del colapso de una tubería matriz y un pozo séptico de una casa en la comunidad.
Cuando hay agua en la zona, los vecinos deben usar tablas para no pisar los más de 50 centímetros de heces y desperdicios que supuran de la alcantarilla y de una de las casas del vecindario. Con sus tapabocas y armados con cloro y creolina, los vecinos lavan la calle por la que circulan las aguas servidas cuando se va el agua, pero esta solución es temporal y no hay forma de parar el bote.
Mercedes Gómez, líder de la comunidad, aseguró que la mayor preocupación es la contaminación que produce el bote y que afecta directamente su vivienda, donde desde hace año y medio funciona un comedor del programa Alimenta la Solidaridad Petare, donde se preparan alimentos 5 días de la semana para 64 niños de la comunidad. “Nosotros tenemos que lavar todos los envases con cloro industrial, cocinar en el fondo de la casa donde menos pega el olor y luego servir y traer de una vez embolsada la comida para evitar que se contamine”, contó Gómez.
Desde que inició el bote de agua sucia, uno de los representantes del comedor se encarga de repartir por el barrio todas las comidas para evitar que los niños vayan al callejón y tengan que pisar la suciedad. Gómez relata que ya dos niños y una adulta mayor se cayeron por causa del agua acumulada en la calle por la que deben circular estas personas para salir de sus casas.
Llamado a Hidrocapital
Los vecinos de La Lucha recibieron el pasado jueves, 20 de agosto, la visita de una cuadrilla de la Alcaldía del municipio Sucre, cuyos trabajadores revisaron el daño y aseguraron que el terreno de la zona está socavado por las aguas servidas, pero que no le compete a la alcaldía resolver del daño, pues se encuentra dentro de una vivienda, cuyo terreno pertenece a un dueño particular.
El dueño es el señor Eustiquio Cedeño, de 74 años de edad, quien vive de los alquileres de algunas habitaciones y asegura no tener los recursos para una obra de reparación de tal envergadura, por lo que pidió apoyo a la empresa Hidrocapital, en el entendido de que, aunque estos terrenos pertenecen a los vecinos, el alcantarillado es competencia del Estado.
Pedro Méndez, dirigente político del municipio Sucre y miembro de Alimenta la Solidaridad Petare, exhortó a las autoridades de Hidrocapital a tomar este caso y plantear una forma de ayudar a los vecinos, pues el estado insalubre de la calle podría generar el cierre definitivo del comedor en este sector que tanto lo requiere.
“Se podría perder el comedor porque no podemos permitir que se convierta en un foco de enfermedades e infecciones para nuestros niños… Más allá del coronavirus, que es un problema real, el mal olor, los gases y la contaminación que emana un pozo séptico ahora circula libre por este callejón”, acató Méndez.
Otra vecina, Gladys Meléndez, extendió el llamado a los vecinos para que se sumen a las reuniones para plantear soluciones a fin de resolver el bote agua. “Si no nos unimos no podremos salir adelante”, dijo.
Génesis Carrero Soto/El Pitazo