Rusia anunció que colaborará en las investigaciones. «Estamos dispuestos e interesados en cooperar enteramente y a intercambiar informaciones sobre este tema con Alemania», aseguró el portavoz del Kremlim, Dimitri Peskov
Alemania afirmó este miércoles que tiene «pruebas inequívocas» de que el opositor ruso Alexéi Navalni fue envenenado con un agente neurotóxico «de tipo Novitchok» y exigió explicaciones «urgentes» a Rusia, que se dijo dispuesta a colaborar.
Navalni, quien está hospitalizado en grave estado en un hospital de Berlín tras ser evacuado de Rusia, fue envenenado con un agente tóxico nervioso, un «incidente chocante», anunció el portavoz del gobierno alemán, Steffen Seibert, en un comunicado.
Los análisis realizados por el ejército alemán en consulta con el hospital de la Charité -donde está internado- hallaron «pruebas inequívocas de un agente químico nervioso de la familia del Novichok», precisó.
La canciller alemana, Angela Merkel, dijo que «esto plantea cuestiones muy serias que solo Rusia puede y debe responder».
De inmediato, el Kremlin afirmó querer colaborar. «Estamos dispuestos e interesados en cooperar enteramente y a intercambiar informaciones sobre este tema con Alemania», aseguró el portavoz del Kremlim, Dimitri Peskov, citado por la agencia pública de prensa RIA Novosti.
La Unión Europea tampoco se hizo esperar. «Este es un acto despreciable y cobarde», reaccionó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
El Reino Unido señaló, por su parte, que Rusia «debe decir la verdad» y consideró «absolutamente inaceptable» el uso de un «arma química prohibida», dijo el jefe de la diplomacia británica Dominic Raab.
El hospital de la Charité indicó este miércoles que el estado de salud de Navalni sigue «grave», pero «continúa mejorando», permanece «bajo asistencia respiratoria» y que es «aún pronto para evaluar los efectos a largo plazo de esta grave intoxicación».
El líder opositor ruso, de 44 años, se sintió mal a bordo de un avión en Siberia el mes pasado. Inicialmente fue tratado en un hospital local, antes de ser traslado el 22 de agosto en una aeronave medicalizada a la capital alemana.