Un juez se negó rotundamente a casar a una pareja integrada por dos mujeres, argumentando que prefiere cumplir la ley de Dios antes que la de los hombres.
«No puedo casar a dicha pareja del mismo sexo porque ello contraría mi moral cristiana, va en contra de mis principios esenciales y cuando exista conflicto entre lo que dice la ley humana y lo que dice la ley de Dios, yo prefiero la ley de Dios», expresó el togado en la resolución en la que rechazó la solicitud de celebrar el matrimonio.
En esa línea el juez décimo civil municipal de Cartagena, Ramiro Eliseo Suárez, argumentó que su decisión «no contraría que vivamos en un Estado Laico, como lo ha dicho la Corte», pues considera que la Constitución tiene una «estructura doctrinal» porque «el preámbulo invoca la protección de Dios».
En ese sentido expresa que «la laicidad predicada por los magistrados, y por varios doctrinantes, es, con el mayor respeto, artificiosa» y añade que su decisión «no es discriminación» sino «comprensión de las normas que nos rigen».
Para el abogado Mauricio Albarracín, investigador de la organización DeJusticia y activista LGBTI, «el matrimonio igualitario es un derecho constitucional y está fuera de toda discusión jurídica y política».
«El juez que se negó a hacer el matrimonio de dos mujeres en Cartagena afecta el derecho a constituir una familia y abusa de su poder como servidor público», dijo Albarracín en un mensaje publicado en sus redes sociales.