Arrecia escasez de gasolina y las detenciones por exigirla

Muchas estaciones de servicio se quedan sin gasolina hasta por un mes

En el interior del país, los usuarios pasan hasta cuatro días en cola para lograr llenar el tanque de sus vehículos. Frente a las estaciones de servicio se registran protestas constantes y hasta enfrentamientos que han derivado en hechos de violencia

La llegada de la pandemia a Venezuela, en marzo de este año, coincidió con la profundización de los problemas que atraviesa la industria petrolera. En abril, las colas por gasolina se hicieron cada vez más largas y desde entonces las autoridades no han logrado resolver la situación, ni siquiera con la importación de gasolina iraní en junio, que alivió la escasez unas pocas semanas en la capital, aunque en el interior las fallas se mantuvieron y con ellas las protestas.

La empresa Petróleos de Venezuela (Pdvsa) ha intentado reanudar la producción de gasolina en dos de las cinco plantas refinadores que posee: Cardón y El Palito, pero no han logrado estabilizarlas del todo y los complejos no generan una producción sostenida que permita abastecer la demanda. Entre las dos, lo máximo que han logrado producir son unos 30.000 barriles diarios de combustible.

La estatal lleva años de contracción en la producción de hidrocarburos. Por ejemplo, entre 2017 y 2020, la caída fue de 82 %, según cifras de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Las autoridades prometieron elevar la producción este año a 2 millones de barriles de crudo al día, pero de acuerdo con los mismos datos oficiales, hoy Pdvsa apenas produce unos 350.000 barriles.

En el interior del país, los choferes pasan hasta tres y cuatro días en cola para lograr llenar el tanque de sus vehículos. Frente a las estaciones de servicio se registran protestas constantes y hasta enfrentamientos que han derivado en hechos de violencia. Entre abril y agosto, unas 47 personas han sido detenidas por exigir combustible, de acuerdo con lo reseñado en varios medios de comunicación.

Las detenciones -chequeadas por un equipo periodístico del portal Crónica.Uno entre abril y agosto– han ocurrido en los estados: Falcón, Monagas, Lara, Anzoátegui, Bolívar, Nueva Esparta, Cojedes y Barinas. Y dos personas han fallecido en el contexto de protestas por gasolina. Joe Albornoz el 17 de julio, un pescador de 18 años en Isla de Toas, estado Zulia, y Carlos Chaparro el 26 de julio luego de que se produjera un enfrentamiento entre guardias y civiles en una estación de servicio en Aragua de Barcelona, estado Anzoátegui.

El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) documentó 688 protestas en el primer semestre del año en rechazo a las largas colas por gasolina, extorsiones y denuncias de abuso de poder por parte de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), que custodia las estaciones de servicio en todo el territorio.

El 20 de agosto, el presidente de Pdvsa, Asdrúbal Chávez, dijo que en la segunda fase de la Comisión Alí Rodríguez Araque “se consolidarán los frutos del fortalecimiento de la Industria petrolera”. En febrero de este año, el presidente Nicolás Maduro creó ese consejo para reestructurar una vez más a la estatal. Hasta ahora se desconocen los avances.

RECUADRO

Los precios

El 1° de junio, el Gobierno Nacional elevó el precio de la gasolina a Bs. 5.000 el litro subsidiado y $0,50 el de venta libre y limitó el consumo para los usuarios que adquieran combustible subsidiado con 120 litros al mes. El ministro de Petróleo, Tareck El Aissami, prometió un servicio “premium” en las estaciones dolarizadas, pero las fallas persisten en la mayoría de los establecimientos. Las bombas con gasolina dolarizada también se han quedado sin clientes, en un país donde el sueldo mínimo es casi el equivalente a dos litros de gasolina.

Maduro aseguró en mayo, cuando anunciaron el nuevo esquema de venta, que la gasolina (iraní) era pagada en dólares y que por esa razón el precio debía ser aumentado. Contrario a lo que se temía, en el país no hubo protestas generalizadas por el alza del precio, pues la población, harta de la deficiencia de los servicios, manifiesta que prefiere pagar un poco más, pero que estos sean garantizados.

Ariadna García / Crónica.Uno

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