Según denuncias de numerosos ciudadanos, algunos funcionarios policiales han aprovechado las restricciones por la cuarentena del covid-19 para ganarse unos dólares extras a costa de incautos
Desde el pasado 3 de marzo, día en que se anunciaron los dos primeros contagios de covid-19 en Venezuela, funcionarios policiales recibieron la orden de incrementar las alcabalas para restringir la circulación de vehículos. Desde entonces se han incrementado las denuncias en contra de efectivos que se aprovechan de la coyuntura para cobrar extorsiones en dólares.
Una de las alcabalas denunciadas es la ubicada en el puente Los Gemelos, mejor conocido como “las nalgas de Rómulo”, y que da acceso a la urbanización Bello Monte. De acuerdo con el relato de un vecino, dos funcionarios de la Policía de Caracas con una motocicleta Empire, modelo Horse, se dedican a cobrar extorsiones de entre 10 y 20 dólares para permitir seguir a los conductores si tienen algún documento vencido. “Esos policías son unos martillones, te cobran dependiendo si le caes bien o le caes mal. A mi me pararon y si no le daba 20 dólares no me dejaban seguir”, detalló un denunciante que pidió resguardar su identidad por seguridad. El hombre expresó que “ya no hay malandros que te roban celulares, ahora el peligro es la policía”.
Otro ciudadano aseguró haber sido víctima de extorsión en esta alcabala. Relata que tenía vencido un documento y los policías, con la excusa de no llevárselo detenido, lo llevaron a recorrer varias polleras para que les comprara el almuerzo. Como no encontraban ninguna que tuviera pollos listos, porque era muy temprano, lo obligaron a dejar cancelados tres pollos y que ellos luego lo iban a buscar.
Asimismo, otro ciudadano puso otro ejemplo de mal uso del uniforme por parte de funcionarios policiales en las últimas semanas. El hombre detalló que hace una semana pasaba por una alcabala montada por efectivos de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) en La Cota Mil, en entrada hacia La Castellana, cuando se lo llevaron detenido por faltarle un documento. En contra de su voluntad, los policías se lo llevaron al terminal de Oriente, y lo retuvieron allí por varias horas. Explica que pudo salir del sitio porque le pagó a los efectivos 50 dólares.
Un ejemplo más reciente lo contó una ciudadana que aseguró que el pasado lunes, 1° de septiembre, día en que comenzó nuevamente la cuarentena radical en el Distrito Capital y en el resto del país, unos familiares que residen en Santa Rosa de Lima, en el municipio Baruta, necesitaban ir hasta una clínica en Altamira porque la señora se sentía mal. La pareja de ancianos se encontró con una alcabala y los funcionarios, de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) les preguntaron que para dónde se dirigían y el señor le dijo que llevar a su esposa al médico porque estaba enferma. Luego de recibir la respuesta, el efectivo le dijo que si la señora se sentía mal que entonces a ellos les tocaba llevarla al Hospital Dr. Domingo Luciani, en El Llanito, y que si no quería que su esposa terminara en un hospital, tenía que darle 300 dólares. Al verse extorsionado, el señor le dijo que solo tenía 100 dólares y se los dio. Luego de guardar el dinero, el policía los dejó pasar.
Numerosos ciudadanos denuncian que las alcabalas, en lugar de evitar la aglomeración de ciudadanos, y mayor circulación de personas, han incrementado las extorsiones policiales.
Daisy Galaviz/El Pitazo