El Padre Luciano Labrador, párroco de la iglesia “Nuestra señora de Coromoto”, invita y hace un llamado a la feligresía a estar atentos a las plataformas digitales de la parroquia, para las próximas actividades a realizar previo al día de la patrona de Venezuela
Este viernes, 11 de septiembre se celebra los 368 años de la aparición de la virgen de Coromoto y cumple 78 años de haberla declarada patrona de Venezuela por el Episcopado Nacional y, el padre Luciano Labrador, párroco de la iglesia “Nuestra Señora de Coromoto”, invita a toda la feligresía de Guarenas, a estar muy atentos a todas las actividades a realizar previo al día de la Patrona de Venezuela, todo esto, se ha venido efectuando a través de las plataformas digitales por los efectos de la pandemia.
Historia de la Coromoto
Con respecto al origen de la historia de la Coromoto, nos cuenta el padre Luciano que, en el año 1651, el cacique de la tribu de los indios cospes, caminaba junto con su mujer por la montaña y, al llegar a una quebrada, vio a una mujer muy bella que tenía en sus manos a un niño. El cacique y su mujer le sonrieron a la hermosa mujer, quien a su vez les devolvió una sonrisa amorosa, y con voz suave les dijo: “Vayan a casa de los blancos y pidan que les echen agua en la cabeza para poder ir al cielo”, es decir, la virgen santísima a través de esta expresión, invitó al cacique a buscar las aguas del bautismo que nos abren las puertas al camino de la salvación y de la vida eterna.
La bella mujer se apareció en varias oportunidades a los hijos de los indios cuando iban a la quebrada a buscar agua. Un día, el cacique vio pasar a Juan Sánchez, le relató lo sucedido y le dijo que estaban dispuestos a cumplir con la voluntad de la bella señora. Juan Sánchez, le respondió que en ocho días, al regresar del tocuyo, pasaría por ahí y podría llevarse a toda la tribu para catequizarlos en la doctrina de la fe, y de esta manera, poderles dar el bautismo. Así sucedió, por lo que, toda la tribu se estableció en la confluencia de los ríos Tocuyo y Guanaguanare, en un paraje conocido como Soropo; allí se fueron evangelizando. Un día, por diversas circunstancias, el cacique se negó a bautizarse y a cumplir todo lo referente a la fe.
El 8 de septiembre de 1652, Sánchez invitó a los indios a una ceremonia religiosa, todos asistieron con mucha emoción, excepto el cacique, quien se negó y regresó a la selva. Al asomarse el crepúsculo en el horizonte, el cacique llega a su choza, al bohío, donde se le aparece la santísima virgen, quien irradió la choza con su gran luz. El cacique le preguntó hasta cuándo lo perseguiría, y, automáticamente, la virgen le responde que no tenga tan mal corazón. El cacique enfurecido, la amenazó de muerte; en ese momento, la virgen entra a la choza, serena, sonriente y resplandeciente, por lo que el cacique deja caer el arco y la flecha y se abalanza sobre ella queriendo agarrarla, cuando siente que la tiene asida, comienza a gritar que la ha atrapado. La virgen desaparece y, cuando el cacique abre la mano, nota que había una diminuta imagen de la virgen con rayos iluminados, esto puso a sudar frío al cacique, poniendo en resguardo a la imagen en una hoja y la escondió en el techo de la choza con la intensión de quemarla al día siguiente. Un pequeño niño, sobrino del cacique, que estaba allí contemplando los hechos, esperó que todos se durmieran para buscar a Juan Sánchez para contarle todo. Al estar al tanto, los españoles van con el niño en busca de la imagen. Al llegar, Sánchez abre la hoja y contempla estupefacto, la imagen de la virgen con el niño en sus piernas. Hubo conmoción en la comunidad, por ser una manifestación del cielo. De inmediato, comenzaron a suceder cosas extraordinarias y milagrosas. El cacique decidió volver a la selva donde es mordido por una serpiente; al darse cuenta que era un castigo divino, se arrepintió, comenzó a llorar, pidiendo que alguien lo bautizara. La virgen le asiste en ese momento aciago y, por voluntad de Dios, un español que iba caminando por ese camino, le encuentra, bautizándolo con el agua en la cabeza en el nombre del Padre, del hijo y del espíritu santo. El cacique contó la historia con la seguridad de que iba a morir, pero tranquilo por haber sido bautizado. La casa de Juan Sánchez se convirtió en un santuario. La diminuta imagen comenzó a cobrar mayor fama por ser cada día más adorada, pero, el 2 de febrero del año 1654, en medio del fervor de la población, deciden llevar dicha imagen a la catedral de Guanare donde comienza la conocida tradición.
Una “mariofanía
En el mismo orden de ideas, se considera a la virgen de Coromoto como patrona de Venezuela porque es una “mariofanía”, es decir, una manifestación real de la santísima virgen, donde además, la virgen deja una reliquia. Esto ha sucedido solo dos veces, la otra, fue la virgen de Guadalupe. La reliquia que dejó la virgen, provino directamente del mismo cielo. Por esto, la conferencia episcopal, el primero de mayo del año de 1942, la decretó patrona de Venezuela.
En otro orden de ideas, para el padre Labrador, la preparación de cada 11 de septiembre ha sido un momento de gracia y bendición; un momento para venerar a la santísima madre en tierras venezolanas. No solamente se preparan para esa fecha en específico; pues se inicia con la novena, luego, la serenata de rendición de homenaje, hasta llegar el día once donde se celebra la misa solemne. En seguida, se pueden realizar conferencias, retiros espirituales, entre otras actividades que logren enaltecer esta fiesta. “El júbilo es pilar fundamental para celebrar a nuestra madre”-indica el padre-.
Es importante recordar que estamos atravesando una situación particular, que no es otra que la terrible pandemia que nos aqueja, ergo, la misa será transmitida en redes sociales. Es un año en el que debemos comprender que viviremos en plenitud esta fiesta pero en familia, como una verdadera iglesia doméstica.
Recorridos…
En cuanto al tradicional recorrido que se suele hacer con la virgen, vale la pena recalcar que el día 10 se tendrá una serenata en homenaje a la virgen; el día 11, la misa central con el señor obispo y, finalmente; el día 13, tendremos un recorrido con la sagrada imagen por las zonas de: Trapichito, Aconcagua, Oropeza, Vicente Emilio Sojo, Terrazas del Este, Ciudad Casarapa, Altos de Copacabana, Los Girasoles y, una parte de Oropeza Castillo. Durante el recorrido, se va a llevar a nuestros hermanos la sagrada eucaristía, para que sean recibidos con profundo respeto. Sera necesario tomar las medidas de bioseguridad, es importante llevar el tapabocas; el uso de gel; caretas. Así mismo, el distanciamiento social.
Aunado a lo anterior, las personas que deseen confesarse, son invitadas a que se acerquen a la parroquia “Nuestra Señora de Coromoto”, el día sábado 12, teniendo en cuenta todo lo referente a las medidas de bioseguridad.
Para el padre Luciano, no hay duda de que ha sido Dios quien lo ha llamado para consagrarse como sacerdote, dejándose guiar por él con su amor misericordioso y a través de esa gracia, ha asumido el trabajo parroquial que tiene un conglomerado inmenso; con una gran cantidad de fieles. “Es Dios quien hace la obra”-indica sin titubeos”. Por esto, el significado de ser párroco de una iglesia bajo el patronato de la patrona de Venezuela, es sentirse protegido, custodiado por la madre santísima; esa madre bella y sencilla. La misma que se apareció en nuestras tierras para invitarnos a ir a su hijo Jesús.
Es de suma importancia, extender la invitación a todos los creyentes para que en medio de la fe, sean capaces de asumir con conciencia ciudadana este tiempo que nos ha tocado vivir. “Dios nos invita a vivir el encuentro con él con nuestra familia. Hay que vivir la gracia de la fe unidos”.
Para finalizar, debe hacerse referencia al sistema de parroquia virtual a través de Whatsapp, por el cual se transmite cada día todo lo correspondiente a las actividades de la iglesia.
Bryan Cárdenas