Los precios de los alimentos se han encarecido tanto por el incremento acelerado del tipo de cambio paralelo como por el recrudecimiento de la escasez de combustible, que ha hecho que el precio en el mercado negro llegue a tres dólares el litro
La carne de res aumentó 15 % en la Gran Caracas durante la primera quincena de septiembre, periodo en el que se ha agravado la escasez de combustible que necesitan los transportistas para llevar los alimentos de las unidades de producción a los grandes centros de consumo.
Según el observatorio de la canasta alimentaria del partido Primero Justicia, el precio del kilo de carne subió de 1,35 millones a 1,55 millones de bolívares entre el 31 de agosto y el 14 de septiembre. En ese lapso, el kilo de pollo se incrementó de 720.000 a 820.000 bolívares, el cartón de huevos de 780.000 a 850.000 bolívares, y el kilo de harina de maíz precocida de 385.000 a 400.000 bolívares, justamente el monto del salario mínimo y de la pensión.
El diputado y economista José Guerra, miembro de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional (AN), explica que en las últimas semanas los precios de los alimentos se han encarecido tanto por el incremento acelerado del tipo de cambio paralelo como por el recrudecimiento de la escasez de combustible, que ha hecho que el precio en el mercado negro llegue a tres dólares el litro.
El estado Bolívar registró el costo de la canasta más elevado, desplazando a Falcón que fue el primero en la lista de las entidades más caras para hacer mercado en la primera semana de septiembre. En Bolívar un consumidor requirió 6,79 millones de bolívares ($18,42), que son 16,98 salarios mínimo, para adquirir una canasta alimentaria mínima compuesta por ocho rubros: carne, pollo, huevos, queso, arroz, pasta, harina de maíz precocida y aceite. Una cantidad que no es suficiente para cubrir las necesidades mínimas de alimentación.
Forero explica que en los precios han aumentado en Bolívar por una disminución en la oferta de alimentos debido a la imposibilidad de distribuidores por la severa escasez de combustible que ha mantenido al país parado en largas colas, que pueden durar semanas. El sector de alimentos, pese a que el presidente Nicolás Maduro asegura que tiene prioridad para abastecerse, no ha podido acceder al combustible requerido.
Distrito Capital está en el segundo lugar de entidades más costosas para alimentarse, con una cesta alimentaria en 6,19 millones de bolívares; seguido en el tercer lugar por Yaracuy, donde se requieren 6,12 millones de bolívares.
Apure sigue siendo el estado con los precios más bajos, fundamentalmente por dos razones: en los precios no incide el costo del transporte y porque ha habido una sobreoferta debido a las dificultades para sacar los alimentos que se producen en la entidad. “Los productores, con la situación la grave del combustible, están perdiendo productos. Por eso han decidido ponerlos en el mercado local”, dice la diputada.
En el exterior
Según el observatorio de la canasta alimentaria, en Ecuador una familia podría comprar 95 cartones de huevos con el salario mínimo, que es de 400 dólares mensuales; mientras que en Venezuela un hogar puede adquirir si acaso medio cartón de huevos con el sueldo mínimo, de 400.000 bolívares, que a mediados de septiembre equivalía a 1,06 dólares.
En Bolivia, el salario mínimo, de 2.122 bolivianos, alcanza para comprar 78 cartones y medio; en Chile, los 320.500 pesos compran 64 cartones; en Argentina, los 16.875 pesos alcanza para 61 cartones; en Brasil, los 1.045 reales equivalen a 63 cartones; y en Colombia, con el ingreso de 877.802 pesos, se pueden adquirir 66 cartones de huevos, según datos del observatorio. “A esto nos ha llevado este régimen. Con un salario de 400.000 bolívares y un costo por huevo de 26.700 bolívares, tan solo un venezolano puede comprar 15 huevos”, asegura Forero. “Por eso cada día se reportan más personas, tanto adultos mayores como niños, en estados de desnutrición. Por eso es que vemos gente comiendo de la basura. La pandemia está agarrando a la población mal alimentada, desnutrida, porque con el salario de hambre y de miseria no se compra ni un cartón de huevos”.
Carlos Seijas Meneses/Tal Cual