La educadora, identificada como Liliana Ortega Rangel, aprovechaba una cola de regreso a la población de Cúpira, capital del municipio Pedro Gual, tras pasar varias semanas en el municipio Zamora
La emboscada a una patrulla oficial de la Policía Municipal de Pedro Gual, por parte de una banda delictiva en la troncal 12 de la región Barlovento, en el estado Miranda, segó la vida de la profesora Liliana Ortega Rangel. Un funcionario de Poligual y un privado de libertad resultaron heridos en el ataque armado.
El hecho se registró a las 9:20 pm del pasado martes 15 de septiembre en la Autopista Gran Mariscal de Ayacucho, a la altura del sector Mazapa, en el tramo entre Las Lapas y Los Velásquez. De acuerdo con las reseñas oficiales, en ese trayecto el conductor observó una barricada que obstaculizaba el paso vehicular, por lo que se vio obligado a detener la patrulla.
En ese momento fueron abordados por 15 hombres que portaban armas largas y cortas, quienes al percatarse de que se trataba de una patrulla policial, atacaron a tiros la unidad.
La patrulla regresaba del Circuito Judicial Penal del Estado Miranda Extensión Barlovento, ubicado en Guarenas, donde se realizó la audiencia de presentación del privado de libertad identificado como Anderson Luis Martínez, quien había sido detenido el fin de semana y en el ataque presentó heridas por arma de fuego en cuello, brazo y pierna.
También fue alcanzado por varios impactos de bala el oficial Ronald Darwin Navas Zambrano, en las áreas del abdomen, glúteo y pierna. Mientras que la maestra Liliana recibió heridas por arma de fuego en el cráneo, lo que le causó la muerte en el lugar de los hechos.
Ella ingresó sin signos vitales al Hospital General de Higuerote. Al mismo centro de salud fueron llevados los heridos, quienes recibieron atención. A primera hora del miércoles 16 de septiembre, el funcionario policial fue remitido al Hospital Dr. Domingo Luciani, en la capital, donde permanece estable.
Consternación total
La profesora Liliana Ortega Rangel vivía en el sector Las Tres Gracias de Cúpira y trabajaba como maestra de primaria en la Escuela Estadal Rural San Antonio, del municipio Pedro Gual. Era muy querida por sus alumnos y por la institución.
La comunidad escolar está consternada por el terrible suceso que acabó con la vida de la maestra Liliana. Docentes, estudiantes, la comunidad de padres y representantes y la población en general, exigen justicia por el asesinato de la profesional de la educación.
Por fuentes policiales y vecinales se conoció que la maestra Liliana tenía varios días en Guatire, en casa de familiares, mientras realizaba varias diligencias personales. Sus superiores de la escuela la llamaron para exigirle que se reincorpora a sus actividades el miércoles 16 de septiembre, día anunciado para el regreso a clases.
Una colita
La maestra Liliana Ortega Rangel contactó a los funcionarios de Poligual que irían al Circuito Judicial en Guarenas para que le dieran la cola y cumplir con la orden de reincorporarse a las aulas, en vista de que era una exigencia a la que si se negaba, podría ser sancionada. «Su sueldo no le daba para pagar un pasaje, por eso tuvo que pedir la cola a la patrulla. Ella era muy conocida y muy querida, por eso los oficiales le dieron la cola con todo gusto. Ellos llegaron en la mañana al Circuito Judicial y los tuvieron esperando todo el día. Ella estuvo allí también todo el día. Ya había caído la noche cuando se hizo la presentación del imputado. Si hubiesen hecho la audiencia temprano, ellos se habrían regresado de día y nada de esto hubiese pasado», denunciaron dirigentes vecinales de Cúpira, quienes prefirieron ocultar sus identidades, por temor a represalias.
Lidk Rodelo
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