El fin principal del Día Mundial de la Psoriasis es informar y concientizar a la población sobre los efectos psicológicos y físicos que padecen los pacientes afectados por esta enfermedad, que no es contagiosa y también es conocida como artritis psoriásica.
En el año 2004 se reunieron diversas asociaciones de pacientes con psoriasis para crear un Comité Directivo del Día Mundial de la Psoriasis. La Federación Internacional de Asociaciones de Psoriasis (IFPA) impulsó este día -29 de octubre- con la intención de informar y concienciar a la población sobre los efectos psicológicos y físicos que sufren los pacientes afectados por la psoriasis o artritis psoriásica.
La psoriasis es una enfermedad crónica que causa inflamación y descamación de la piel, produciendo parches, enrojecimiento, escamas, picor, dolor, calentamiento, coloración e hinchazón. Puede afectar cualquier área del cuerpo, aunque es frecuente en las rodillas, codos, espalda, brazos, piernas y cuero cabelludo.
Las investigaciones realizadas han encontrado que este padecimiento tiene mucha relación con el componente genético, que, combinados con estrés y medio ambiente, hacen posible su desarrollo. Por eso deducen que puede ser de tipo hereditario.
Debido a la visibilidad de los síntomas, las personas tienden a creer que puede ser contagiosa y los afectados suelen sentir vergüenza y en muchos casos se aíslan, provocando en ellos daños psicológicos y sociales. De hecho, ha sido reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una enfermedad grave que requiere de mayor concienciación.
Aunque no es curable, es posible reducir los síntomas y brotes con tratamientos tópicos, luz ultravioleta, fototerapia u otros medicamentos o tratamientos recomendados por el especialista.