El Instituto Experimental Jardín Botánico de la Universidad Central de Venezuela (UCV), junto a la ONG Provita, advirtieron que de las 6.121 especies de plantas que se mantienen en evaluación en el país, se han extinguido cinco y otras 559 permanecen amenazadas.
Los investigadores determinaron que las especies que se consideran extintas son Microlejeunea valenciana y Hunzikeria steyermarkiana, nativas de Carabobo; Marsdenia smithii, oriunda de Lara; y Desmanthodium blepharopodum, de Trujillo. Mientras que se determinó extinta en Venezuela a Paspalum standleyi, que se encontraba en el estado Sucre, aunque hay ejemplares en otras regiones.
Cuatro de las cinco especies que ya no están son catalogadas en las categorías superiores, porque poseen semillas y flores. La que no entra en esta clasificación, pero sí es considerada extinta, es la Microlejeunea valenciana, que son unas pequeñas plantas que por lo general crecen en sitios húmedos.
Para la investigación estuvieron presentes alrededor de 150 expertos de varias instituciones del país, quienes cuadruplicaron la cantidad de plantas evaluadas en 2003, que fueron entonces 1.419. Estos datos fueron recogidos en el Libro Rojo de la Flora Venezolana, siguiendo los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Según esta investigación, el principal factor de amenaza para la flora venezolana es «la expansión e intensificación de las actividades agropecuarias», que produce la pérdida y la degradación del hábitat silvestre, reseña El Sol de Margarita.
Los otros dos elementos que afectan a la flora silvestre venezolana son: la extracción de las plantas o partes de estas de sus hábitats naturales, ya sea para su aprovechamiento específico o como daño colateral de otros fines como el desmalezamiento descontrolado; y la modificación de los sistemas naturales producto de la tala y la quema deliberada, los cambios en el flujo de aguas naturales y la construcción de playas en zonas litorales.