Escenas de dolor se vivieron a la salida de la funeraria donde se velaron los cuerpos de Marina Carrero de Pérez, de 75 años; y su hija Mayra Pérez Carreño, fallecidas durante el desbordamiento del río Carapo, en el sector Los Corredores de Rubio.
Por ser una semana radical de cuarentena no se ofició la misa, pero el párroco de la iglesia Santa Bárbara, presbítero Julián García acudió hasta la capilla velatoria para dar la palabra de Dios y dar la bendición a madre e hija.
Familiares y amigos acompañaron el cortejo fúnebre por las calles de la capital del municipio Junín, para dar el último adiós.
Hasta el Centro de Diagnóstico Integral donde Mayra Pérez Carreño cumplía funciones como médico llevaron sus restos mortales. Allí sus compañeros de trabajo hicieron un corredor de honor para despedirla en medio de aplausos y llanto.
De allí partieron al cementerio Terrazas de la Paz a dar cristiana sepultura. Se alejaron hacia su última morada entre lágrimas, reporta La Nación.