Trabajadores de gasolineras en Caracas dijeron que «aunque Pdvsa ha dicho que la criptomoneda estatal serían admitida en los casi 2.000 centros de distribución del país, las constantes caídas de sistema han imposibilitado el uso del petro para adquirir combustible»
El 31 de mayo de 2020, el ministro del Petróleo del Gobierno Nacional, Tareck El Aissami, anunció que había llegado la “hora del petro” para el pago de gasolina en todo el país. Más de cinco meses después, la apuesta de Miraflores vive sus horas bajas, pues cada vez son menos las estaciones de servicio en las que funciona la criptomoneda estatal.
En medio de la crisis por la caída de la producción petrolera y la escasez de gasolina, los esfuerzos de la Administración de Maduro se han dirigido en instaurar un esquema mixto de distribución de combustible: un primer régimen subsidiado y racionado que le permite a conductores de vehículos comprar 120 litros al mes a 5.000 bolívares por litro. Los motorizados, por su parte, pueden comprar 60 litros de gasolina al mes.
Este sistema solo aplica para aquellas personas que hayan registrado su vehículo en el Sistema Patria, una plataforma digital estatal para el envío de subsidios, también llamados por el gobierno como «bonos de protección social».
La segunda modalidad del plan de suministro aprobado por Pdvsa consiste en la venta de gasolina a “precio internacional”, es decir, en 0,50 centavos de dólar el litro y sin límites de consumo.
No se trata de una situación nueva. Ya durante el lanzamiento de este método de pago, durante las primeras semanas de junio, usuarios en varias regiones del país denunciaron la imposibilidad de cancelar en gasolineras mediante la criptomoneda estatal.
“Es una moneda al aire. Nunca se sabe en qué momento tenemos habilitado el sistema, así que cuando alguien dice que quiere pagar con petros debemos intentar varias veces a ver si admite el pago. Pero la mayoría de las veces simplemente se cae la operación, sobre todo cuando se realiza la verificación de huella”, señaló el administrador de una estación de servicio en Chacao, al este de Caracas.
Trabajadores de gasolineras, entre el municipio Libertador hasta el municipio Sucre (Miranda), comentaron que aunque Pdvsa ha dicho que la criptomoneda sería admitida en los casi 2.000 centros de distribución del país, solo durante los primeros días que comenzó el nuevo esquema de ventas operó el pago con petros.
“Solo en la primera semana de junio pudimos realizar las transacciones con petros. Desde entonces no hemos podido atender a nadie con ese sistema. No sabemos si es una cuestión de servicio técnico. Igualmente, son pocas las personas que vienen a pagar con petros. La mayoría de la gente trae divisas en efectivo o cancela con tarjeta de débito”, dijo otro gerente de una gasolinera “premium” en Chacao.
Ramiro Bermúdez, quien pudo llenar el tanque de su vehículo luego de permanecer más de cinco horas en una cola de una gasolinera en la parroquia El Paraíso, en el oeste de la capital, desde que comenzó el nuevo esquema de precios ha intentado pagar el combustible con petro, pero sin éxito. “Pensé que me ayudaría a no gastar bolívares en efectivo, pero ha sido imposible. Ellos (el Gobierno) dicen que puedes usar la criptomoneda para todo, pero no tenemos garantía de nada”, indicó.
En general, las alternativas de pago priorizadas en las gasolineras son: bolívares en efectivo, dólares, en algunos casos transferencias por pago móvil, eso a pesar de que la mayoría de las estaciones cuenta con dispositivos Biopago activo y conectado a la plataforma Patria para contabilizar los litros de gasolina consumidos a través del «monedero gasolina».
Desde hace dos semanas, las largas colas por gasolina han vuelto a observarse en calles y avenidas de la capital venezolana, en la medida que se reducen los inventarios del combustible enviado por Irán a finales de septiembre.
Pese a que Venezuela posee las reservas de crudo más grandes del mundo, las refinerías nacionales se encuentran en franco deterioro, afectadas por malas gestiones gubernamentales, de acuerdo con expertos del sector. Actualmente, el país depende de las exportaciones de Teherán, limitadas por las sanciones impuestas por Washington sobre el Gobierno Nacional.