Claves para una navidad segura
Siendo esta la última semana del mes de noviembre lamentablemente se incrementan los riesgos de ser víctimas de los robos, hurtos, delitos y los excesos, las personas tienen más dinero, pasan más tiempo en la calle y consumen más alcohol, solo estas tres variaciones en las rutinas de vida abren la brecha en nuestra seguridad, por lo que debemos estar preparados para asumirlas y llegar con buen pie al mes de enero.
El elemento común de todas las claves de prevención en esta época decembrina es la prudencia, ser prudente es tener la capacidad de pensar con antelación sobre las consecuencias de nuestras decisiones y acciones con el propósito de adecuar la conducta y no exponernos innecesariamente al peligro. Quizás en esta temporada que para muchos es una época de reflexión y acercamiento religioso, la prudencia se convierte en el punto cardinal del cristianismo que permite racionalmente comprender lo que está bien de ,o que está mal y actuar en consecuencia.
Sin importar la definición que se prefiera, les describo lo que considero las claves para pasar una navidad segura:
Incrementar nuestra conciencia frente a los riesgos: La primera y más importante vulnerabilidad y por la cual usualmente nos convertimos en victimas es la ignorancia de los riesgos que nos rodean. Creer que solo a los demás le ocurren calamidades, mostrar actitudes descuidadas frente a la inseguridad en la calle o simplemente no tomar medidas básicas de protección personal nos convierten en las victimas perfectas. En estos días decembrinos aumentan sensiblemente las amenazas en la calle. La delincuencia también necesita tener más dinero, por lo que la fuente inmediata de obtenerlo es el ciudadano inconsciente que a diario se desplaza por la calle absorta del entorno, mirando su teléfono celular como si estuviera caminado en la plaza San Pedro del Vaticano.
Reducir la improvisación en la calle: No se trata de quedarnos encerrados en nuestros hogares, solo se requiere un poco de análisis y organización para reducir los riesgos. En este sentido, lo importante es planificar los sitios, las rutas, los horarios y lo que vamos a hacer en nuestras salidas. Tratar de hacerlo en grupos, concentrar las actividades en zonas conocidas, salir más temprano y regresar más temprano y organizar reuniones en las casas. Salir a la calle sin rumbo establecido y sin un plan más o menos definido es lo que debe evitarse. Es precisamente en la improvisación en la calle donde está el riesgo.
Cuidar la cantidad de dinero que llevamos: Una de las cosas que incrementa nuestros riesgos es la cantidad de dinero en efectivo que llevamos cuando estamos en la calle, debido al pobre poder adquisitivo del dinero, necesitamos demasiados billetes para comprar muy poco. La clave aquí es llevar lo mínimo necesario, por mucho que tengamos, no nos va a alcanzar para cubrir todo lo que necesitamos pagar en una salida. Un apartado especial es el tema de los dólares ya nuestra economía esta dolarizada y todas las personas de cualquier estrato social tiene dólares o euros lo que hace más tentador el hurto o robo a mano armada por parte de los delincuentes, por más dólares que tenga evite dar a conocer esta información, no sabe qué persona lo está escuchando u observando. No se lo haga tan fácil al delincuente.
Previsión con el consumo de alcohol: Es prácticamente imposible creer que en diciembre no vamos a ingerir bebidas alcohólicas, es parte de la tradición de las fiestas. Lo importante en esta clave es tener consciencia que el consumo de alcohol reduce nuestras capacidades de estar alertas frente al entorno, nos hace más lentos y se distorsionan los sistemas naturales de apreciación de riesgos, usualmente haciéndonos más desinhibidos y atrevidos. El consumo excesivo de alcohol además de hacernos torpes manejando, induce en algunas personas tendencias a la violencia provocando conflictos con otras personas. Nunca se quede bebiendo solo, avise a la familia o amigos dónde está si ha decidido consumir alcohol, trate de no hacer una ronda de bares e ir de sitio en sitio, manténgase dónde se sienta seguro. Deje su vehículo estacionado en un sitio seguro y en el cual sea posible dejarlo hasta el día siguiente, es posible que si ha bebido demasiado no pueda regresar manejando. No se involucre en discusiones así usted crea que tiene razón, manténgase al margen y sea siempre respetuoso en el trato con las personas. Pequeñas peleas entre personas subidas de alcohol se pueden convertir en grandes tragedias.
Pendiente con las viviendas que se quedan solas: Si va a salir de vacaciones es muy probable que su casa se quede sola. Si está en sus posibilidades pídale a algún familiar o amigo que se quede en su casa durante su ausencia, de lo contrario haga que se acerquen con frecuencia a verificar que todo está bien. Mantenga las luces encendidas y si puede simule la presencia de personas en el interior, actualmente hay socates y balastros programables para encender y apagarse en ciertos momentos del día o de la noche según sea el caso simulando la presencia de personas en el hogar, en esta época las viviendas sobre todo en las zonas residenciales de clase media o clase media alta son de mucho atractivo para el hampa que consigue en ellas una buena variedad de objetos de valor y con un mínimo riesgo de obtenerlos. Antes de dejar su casa sola, piense bien como reducir sus vulnerabilidades y busque manera de disuadir al delincuente.
Exhibir el éxito tiene sus riesgos: Para un delincuente, lo que usted aparenta, representa lo que vale. Teléfonos costosos, ropa vistosa y carros llamativos son señales que lo ponen muy por encima del ciudadano de a pie o del conductor promedio. Esconder el éxito es difícil, resulta natural querer lucir las bondades del dinero, más aun si hemos cobrado unas buenas utilidades. Sin embargo, en esta Venezuela se puede terminar pagando un precio demasiado alto. No me refiero aquí a salir a la calle con la apariencia de un loco o el aspecto de un indigente, solo debemos tener en cuenta una regla: si no nos parecemos a nuestro entorno vamos a resaltar sobre él y convertirnos en una víctima perfecta. Cuide su forma de vestir, preste atención al uso de ropa o relojes, si una el transporte público, entienda que la ciudad es muy heterogénea y lo que parece normal en un sector puede resaltar y llamar la atención en otro. En estos casos, vista de colores neutros, no use carteras demasiado grandes, no hable en lugares públicos de asuntos personales y observe permanentemente lo que le rodea.
No descuidar la salud: A final de cada año es sorprendente la cantidad de personas que por los excesos cometidos terminan enfermos en clínicas y hospitales, el consumo de grasas, carbohidratos y alcohol puede ser un detonador de condiciones preexistentes y que se manifiestan en estos días, La sugerencia además de la ya mencionada prudencia, es chequear los números de emergencia (policía, bomberos, clínicas, ambulancias, pólizas de seguros) y definir un pequeño plan para estos casos, si su médico se va de vacaciones ¿quién queda en su lugar? Reponer medicinas que probablemente sean difíciles de conseguir entre otros detalles para los que bien vale la pena tomarse unos minutos de previsión.
Las celebraciones y la alegría de estos días navideños para nada están reñidas con el sentido de previsión necesario para pasarla bien. En estas medidas básicas de seguridad puede estar la diferencia entre un fin de año feliz o accidentado.
@adogel
Adolfo M. Gelder