Delitos Navideños (segunda parte)
Las características políticas, económicas y sociales de nuestro país han contribuido a una rápida mutación de los métodos delictivos tradicionales, de allí que los ciudadanos puedan tener percepciones algo diferentes al entorno especialmente respecto a los tipos de delitos que se hacen públicos por medios informales o formales.
Por otra parte, todo parece indicar que en nuestro país, el comportamiento navideño conocido por la mayoría de las personas va a tener variables este año, por ejemplo, la movilidad entre ciudades se hará mas cuesta arriba entre otros motivos, por la falta de gasolina, la baja disponibilidad de transporte terrestre y aéreo, el estado general de las vialidad, las fallas de los servicios públicos y los costos de los pasajes motivado por todo lo antes mencionado.
De la misma manera, los delincuentes se han adelantado en implementar métodos ya conocidos y otros nuevos que son fruto de su creatividad porque se ven obligados a adaptarse a las nuevas circunstancias para que sus negocios puedan seguir adelante. Por lo cual, es conveniente estar atentos y tomar medidas de prevención que minimicen la posibilidad de ser víctimas del delito.
Las residencias se han convertido en un blanco fácil y apetecible para los criminales. La mayoría de los equipos electrónicos que allí se encuentran por lo general son costosos y no necesariamente son difíciles de transportar para luego ser vendidos en el mercado negro casi que regalados para poder obtener ganancias rápidas. Si los delincuentes se trasladan en motocicletas y en la residencia hay algún carro, lo más seguro es que aprovecharan para incluir en el botín objetos de mayor tamaño y peso. Debido a la actual crisis que vivimos todo tiene valor por lo tanto hasta los alimentos forman parte del botín, se han dado casos donde los delincuentes al hurtar en las residencias dejan las despensas y las neveras vacías.
Para nadie es un secreto la dolarización existente en nuestro país por lo que esto se transforma en una oportunidad para el robo y el hurto ante la ausencia de opciones que permitan mantener ese dinero en resguardo, las residencias y oficinas se han convertido en pequeñas entidades bancarias. Por eso no es de extrañar que aumenten los casos de personas que son interceptados y llevados a sus casas, no para un secuestro exprés, sino de poder abrir las puertas y poder llevarse todo lo que esté al alcance. Las victimas por lo general son seleccionadas por no ser comedidas en su apariencia o manipulación del dinero en divisas siendo un objetivo fácil ante su demostración de derroche. Es muy lamentable que este sea el costo que se paga en nuestro país por la ostentación o la ausencia de medidas de prevención y más irónico aun es que en Venezuela los bancos tengan un riesgo de robo menor a una vivienda.
Los hurtos hormiga seguirán su ritmo acelerado en las empresas y comercios. En el caso de las medidas de control, aunque pueden arrojar resultados positivos en cuanto a detectar responsables, se encuentran con una larga seria de inconvenientes y trabas sumado a la poca confianza en los entes destinados para solventar estas situaciones o simplemente hacer una denuncia, ya que al ser tramites tan burocráticas aunados a la impunidad donde en muchos casos restituyen al culpable a su puesto de trabajo. En cuanto a los comercios, todo tipo de mercancía es atractiva y lamentablemente cada vez son más las mujeres que se suman a ser protagonistas de este tipo de delitos, sin contar con los niños y adultos mayores que también contribuyen con los delincuentes. El factor común en todos estos casos es la impunidad, que se convierte en incentivo para el criminal y en un factor que impacta en la efectividad de los sistemas de seguridad.
Aunque existe de manera informal una especie de toque de queda en las grandes ciudades de nuestro país, en noviembre y diciembre las celebraciones y reuniones se incrementan y esto el delincuente lo sabe. No se trata de decretar un duelo navideño sino de celebrar considerando nuestra realidad con sentido común. La selección de horarios, hacer difusión del evento solo a las personas interesadas, el común responsable de bebidas alcohólicas, preferir locales con facilidades de ingreso y estacionamiento supervisado, son algunas de las sencillas medidas que minimizan los riesgos.
Las falsificaciones y estafas de ciertos productos por lo general también aumentan en esta época, ya que aunque no como en otros tiempos, la disponibilidad de dinero es mayor y muchos prefieren invertir en ciertos equipos. Los celulares reconstruidos o falsificados son vendidos como si fuesen originales generando ganancias a los criminales. Otra opción es ofrecerlos a precios considerablemente atractivos, solicitar el pago por medio de transferencias bancarias y luego desaparecer, ni hablar de las estafas por aplicaciones de mensajería tales como Whatsaap con el robo de identidad ofreciendo divisas a costos muy por debajo de la tasa diaria paralela, que aunque no es un método nuevo de estafa, aun caen incautos ante la inocencia y necesidad de adquirir divisas por la actitud confiada de quienes pasan a ser víctimas.
Subestimar la inteligencia del delincuente, creernos inmunes, asumir una actitud despreocupada, asumir la seguridad como un asunto de los demás, hacer de la rutina un habito y no ser un elemento activo de la comunidad residencial o laboral se traducen en oportunidades para el hampa, evite ser víctima.
Feliz Navidad
@adogel
Adolfo M. Gelder