@diegokapeky
María Belén Maldonado, o sencillamente “Belu” es una joven que está causando furor como Health Coach al convertirse luego de fuertes procesos personales y de salud en una inspiradora y motivadora nutricional que viene aportando sus conocimientos y experiencias a infinidad de figuras de todos los ámbitos que ven y han visto en ella la solución factible a sus problemas con respecto al desorden alimenticio que la mayoría de las personas en el mundo padecemos, pero desconocemos o sencillamente ignoramos.
En esta entrevista Belu rompió esquemas y paradigmas sobre creencias y mitos y nos habló de éste modo de vida que la apasiona y con el cual se identifica plenamente. Ella es otra bandera de nuestro país fuera de nuestras fronteras y sus recetas “BBB” están logrando gran éxito en Estados Unidos.
Una constante lucha por tu peso y por verte bien, aunque te sintieras mal, te llevó a convertirte en una experta en nutrición y Health Coach ¿Qué dejaste atrás y qué mantuviste de ese pasado que hoy te sirva en tu presente?
“La verdad es que dejé de darme tanto látigo mental, el principal peso que yo tenía que perder no estaba en mi cuerpo. Así cómo tenía listas rígidas de “permitidos” en mi plato, las tenía en mi vida. Tenía planes, fríamente calculados…. bastante rigurosos. Luego venía la vida real a interferir y cada tropiezo detonaba mi psicolátigo. Esto me pesaba demasiado. Entendí que mi hambre era emocional, cambié mi enfoque para darle valor a las cosas que si “pesan”. Me di cuenta de que con o sin látigo incluido, ante los tropiezos tenemos dos opciones para atravesarlos: azotarnos sin piedad o tenernos paciencia, compasión, valorar su enseñanza y fluir.
Aprendí que hacer las paces con mis ritmos y darme crédito por mi progreso, a pesar de lo negativo, me hacía sentir mejor. Ésta es la lección más importante: cuando te hablas más bonito es más fácil es el camino. Aún disfruto haciendo mis planes, entrego el 100% de mí en cada uno, pero ahora veo en cada tropiezo la oportunidad de mejorar y agradezco la experiencia”
¿Es cierto que uno es lo que come?
“¡No! Rotundamente: No eres lo que comes… ¡Somos mucho más que eso!
Yo creo que lo que comes no te define, eso sería reducirnos a un par de elecciones.
Porque la comida para nosotros es una experiencia, va más allá de una lista de restricciones. Somos seres emocionales, comer es parte de nuestra cultura, nos acompaña en nuestras derrotas y triunfos. Nuestras emociones, estrés y estilo de vida afectan nuestro equilibro hormonal, comer muy saludable sin tener en cuenta estas áreas no garantiza salud. El balance es vital dentro y fuera del plato”
¿Qué te deja el motivar a las demás personas a llevar una vida más correcta en sus hábitos alimenticios?
“Compartir el aprendizaje de mi experiencia, convertirlo en una herramienta para otros es un triunfo para mí. Ayudarlos a sentirse bien, me hace feliz.
Además, conozco el sufrimiento, sé lo que es matarse de hambre o entrenando sin ver resultados. Sé que se siente “hacer todo bien” pero que no resulte el plan, yo también cuestioné mi “fuerza de voluntad”.
******Me hubiera encantado tener a alguien que me guiara, que me hiciera el camino más fácil. Así que lo hago con gusto.
¿Crees que tu ejemplo y regímenes alimenticios les funcionen a todos?
“No necesariamente, cada persona tiene distintas tendencias, sensibilidades y rutina. No creo que un “régimen” alimenticio sea indispensable, a menos que haya una condición específica de salud. Lo que sí sé es que, si comes mejor, con un plan balanceado que tenga de todo un poco, adaptado a tu vida real, es mucho más fácil que lo incorpores a tu rutina y lo mantengas. Tus hábitos te darán resultados permanentes”
¿Ya la gula no forma parte de tus pecados capitales o de vez en cuando te das el gusto de pecar?
“Sinceramente no, me liberé de eso cuando hice las paces con la comida. Para mi comer nunca será un pecado, porque no creo que haya alimentos “prohibidos”. Lo que elijo comer dependerá de la ocasión, siempre busco la mejor opción. Pero “lo mejor” cambiará según la situación, la mayoría de las veces prefiero algo nutritivo, pero si estoy hormonal iré por un chocolate, si estoy con amigos quizás será pizza o helado.
Todo es cuestión de frecuencia y porciones. El pecado, en todo caso para mí, sería darse un gusto sin disfrutarlo”
Pasaste por muchos y difíciles procesos de salud: ¿Cómo superaste el hipotiroidismo, la gastritis, el estreñimiento y la hipotensión?
“Primero desfilé por distintos doctores, tratamientos, diagnósticos y pastillas. Mejoraba momentáneamente pero tarde o temprano volvían los síntomas, simplemente porque los hábitos no cambiaban. Tuve que crear mi balance dentro y fuera del plato:
Cuando fui estudiando, descubrí que mientras más natural mejor, dejé de “solucionar” con productos light o premezclados (ultraprocesados). Lo que prácticamente me obligó a ponerme muy creativa en mi cocina inventando opciones fáciles y rápidas pero nutritivas para resolver a diario. También entendí que el estrés uno de los peores detonantes del desequilibrio hormonal y además desata un sinfín de problemas de salud. Por eso “primero mi paz y al garbanzo lo demás”, la vida tiene suficientes desafíos como para complicarnos sin sentido. Trabajé mucho en cambiar mi enfoque, no fue fácil aprender a agradecer lo bueno mientras transitaba lo malo, pero es una elección, que si se practica, se puede convertir en un hábito también”
¿Cómo son tus recetas BBB?
Primero aclaremos que receta saludable, no necesariamente está balanceada, pueden ser altas en carbohidratos o grasas, con muchos nutrientes, pero aportando muchas calorías también. Mis recetas BBB cumplen con estas condiciones: Balanceadas, básicas y buenazas. Como buena administradora, me preocupo por la “eficiencia” en el uso mis recursos. Busco balance entre cantidad y aporte calórico: Las formulo para que las porciones sean lo más grandes posibles con el menor aporte de calorías. Utilizo ingredientes de calidad, pero accesibles y siempre ofrezco sustitutos (opciones sin gluten, sin lácteos o sin nueces.) Además, tienen que ser básicas: fáciles, prácticas, sin mucho rollo, porque sino yo no las haría. Y buenazas: sabor para el alma y amigables al bolsillo. Creo mis recetas BBB en tablas de Excel, luego viene la batalla en mi cocina y finalmente la aprobación de calidad (El paladar de Alejandro, mi esposo). Algunas salen bien, otras… no tanto. A veces se gana, a veces se pierde, pero siempre se aprende. Además, entre tanto ensayo y terror salen ideas nuevas”