39 jovenes mueren al tratar de entrar a Inglaterra en el interior de una gandola

39 jovenes vietnamitas encontraron la muerte después de pagar mas de 14 mil dólares cada uno para ser llevados ilegalmente a Inglaterra.

En la búsqueda de un futuro mejor todos compraron un supuesto viaje VIP, cuando en realidad fueron llevados en la parte trasera de una gandola apiñados hasta el punto de morir afixiados en el trayecto.

En las primeras horas del 23 de octubre de 2019, el camionero Maurice Robinson paró su tráiler en un solitario parque industrial de Essex, en Inglaterra.

Se bajó y se dirigió al remolque del vehículo. Lo que vio cuando abrió las puertas era casi inimaginable: 39 personas, 10 de ellas apenas unos muchachos, muertas en el compartimento de carga.

 Sin medir las consecuencias y en lugar de marcar inmediatamente el número de los servicios de emergencia, la reacción instintiva del chofer Maurice Robinson, de 26 años, fue subirse de nuevo a la cabina del camión y alejarse del lugar con los cadáveres en el remolque trasero.

A partir de ese momento una investigación internacional sobre una gran operación de tráfico de personas estaba a punto de comenzar.

Matthew Long, subdirector de la Agencia Nacional del Crimen de Reino Unido, dijo que la idea de un servicio especial era un engaño.

«No hay un servicio VIP. Son mentiras que cuentan a la gente para explotarla».

«Y descubrirlo en el último momento, darte cuenta mientras mueres que el servicio VIP era una mentira horrible, es exactamente lo que se puede esperar de estos grupos criminales organizados».

El inspector jefe Daniel Stoten, de la Policía de Essex, dijo en alusión a los traficantes de personas: «Son despiadados y son peligrosos, y están ahí fuera para explotar a esa gente».

Las historias de 39  victimas revelan que su viaje desde Vietnam fue en muchos casos por etapas.

Muchos viajaron a otros países europeos, como Polonia o Rusia, antes de verse atraídos por la perspectiva de encontrar un trabajo mejor pagado en Reino Unido, un cebo que los llevó hacia el oeste, hacia Francia y Bélgica, antes de cruzar el Mar del Norte.

Muchos se desplazaron hacia la localidad de Bierne, en el norte de Francia. Allí es donde cámaras de seguridad captaron a un grupo de personas que llegaron  en taxi a un refugio agrícola. Más tarde, se subirían al camión en el que perdieron la vida.

En un intento de aliviarse del sofocante calor, los ocupantes del vehículo se habían quitado todo menos la ropa interior y habían tratado de abrir a golpes una salida en el techo del remolque. Fue imposible. La Policía encontraría que sobre él se había colocado una placa de metal.

Los primeros en llegar al lugar en el que se encontraron los cadáveres fueron los sanitarios del Servicio de Ambulancias del Este de Inglaterra, que recibieron los elogios de su jefa ejecutiva, Dorothy Hosein, por su «su increíble profesionalidad en circunstancias muy difíciles»

Jack Emerson fue uno de los primeros en llegar al lugar. Aún recuerda cómo buscó desesperadamente entre los cuerpos alguna «señal de vida», un pulso o una respiración. Sin éxito.

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